zUmO dE pOeSíA

zUmO dE pOeSíA
de todos los colores, de todos los sabores

ALEATORIUM: Saca un poema de nuestro almacén

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jueves, 28 de febrero de 2013

Sobre la muerte sin exagerar (por Wislawa Szymborska)



No sabe encajar una broma,

no sabe de estrellas, de puentes,

de tejidos, de minas, de labranza,

de construir barcos, ni de pastelería.



Hablamos sobre el día de mañana

y dice su última palabra

sin venir nunca al caso.



Ni siquiera sabe hacer

las funciones propias de su oficio:

ni cavar fosas,

ni clavar ataúdes,

ni limpiar los despojos que su paso deja.



Ajetreada con tanto matar,

lo hace de cualquier modo,

sin método ni destreza.

Como si se estrenara con cada uno de nosotros.



De acuerdo, tiene éxitos

pero, ¡cuántos fracasos,

cuántos golpes fallidos

e intentonas estériles!



A veces faltan fuerzas

para fulminar a una mosca al vuelo.

Y más de una oruga la deja atrás

al arrastrarse en la carrera a más velocidad.



Todos esos tubérculos, vainas,

antenas, aletas y branquias,

plumajes nupciales y pelambres de invierno

demuestran serios retrasos

en su penosa labor.



La mala voluntad no basta,

y nuestra ayuda a base de guerras y revueltas

no le resulta por ahora suficiente.



En los huevos laten corazones.

Crecen los esqueletos de los recién nacidos.

Las semillas se visten con sus primeras hojas

y a veces también con árboles en el horizonte.



Quien afirma que es todopoderosa

es, él mismo, prueba viviente

de que, de todopoderosa, nada.



No existe vida,

que, aun por un instante,

no sea inmortal.



La muerte

siempre llega con ese instante de retraso.



En vano golpea la aldaba

en la puerta invisible.

Lo ya vivido

no se lo puede llevar.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Sonetos teológicos (por Agustín García Calvo)



I


Enorgullécete de tu fracaso,
que sugiere lo limpio de la empresa:
luz que medra en la sombra, más espesa
hace la sombra y más durable acaso.

No quiso Dios que dieras ese paso,
y ya del solo intento bien le pesa;
que tropezaras y cayeras, ésa
es justicia de Dios: no le hagas caso.

¿Por lo que triunfo y lo que logro, ciego,
me nombras y me amas?: yo me niego,
y en ese espejo no me reconozco.

Yo soy el acto de quebrar la esencia:
yo soy el que no soy. Yo no conozco
más modo de virtud que la impotencia.

II

Pero no cejes; porque no se sabe
cuándo pierde el amor, dónde la tierra
volteando camina, ni qué encierra
mensaje del que nadie tiene clave.

Pues el Libro Mayor (y eso es lo grave)
del Debe y el Haber nunca se cierra,
y acaso acierte el que con tino yerra;
ni es nada el mundo hasta que el mundo acabe.

Si te dicen que Dios es infinito,
di que entonces no es; y si finito,
que lo demuestre pues, y que concluya.

Pero no hay Dios ni hay Ley que a contradanza
no se pueda bailar. Tu muerte es tuya.
Tu no saber es toda tu esperanza.

martes, 26 de febrero de 2013

No eras (por Teresa Rita)


Madre
eras mentira en tu ataúd

Apenas te toqué las manos
vi que no eras tú aquella
Tu cadáver era un extraño
vestido con tu ropa
fingiendo
que eras tú

Lo maldije
como a un impostor.

lunes, 25 de febrero de 2013

El fluir de mi sangre (por Norma Jean Baker [Marilyn Monroe])



Silencio.

Silencio.

Silencio.

Solo se escucha

el fluir de mi sangre

como un río que anhela

un lago tranquilo

en que perderse para siempre.

domingo, 24 de febrero de 2013

Los días (por Philip Larkin)


¿Para qué son los días?
Los días son donde vivimos.
Vienen, nos despiertan
una y otra vez.
Son para que estemos felices en ellos:
¿Dónde podríamos vivir sino en los días?

Ah, contestar esa pregunta
hace que vengan el cura y el doctor
con sus abrigos largos
corriendo por los campos.

sábado, 23 de febrero de 2013

viernes, 22 de febrero de 2013

Pero deja tu recuerdo (por Federico García Lorca)


No te lleves tu recuerdo.
Déjalo solo en mi pecho.

Temblor de blanco cerezo
en el martirio de enero.

Me separa de los muertos
un muro de malos sueños.

Doy pena de lirio fresco
para un corazón de yeso.

Toda la noche en el huerto
mis ojos, como dos perros.

Toda la noche, corriendo
los membrillos de veneno.

Algunas veces el viento
es un tulipán de miedo.

Es un tulipán enfermo,
la madrugada de invierno.

Un muro de malos sueños
me separa de los muertos.

La niebla cubre en silencio
el valle gris de tu cuerpo.

Por el arco del encuentro
la cicuta está creciendo.

Pero deja tu recuerdo,
déjalo solo en mi pecho.

jueves, 21 de febrero de 2013

El plano se duplica (por Alejandro Céspedes)

¿dónde estás tú? ¿qué decisión te elige?

el papel sólo puede crear iguales pero hay cosas
que ocurren más allá del envés
de estas mismas palabras crece la división
el plano se duplica con la simplicidad y la complicidad
de tus dos ojos

escenografía vida que se parece a la vida irrealidad
símbolo y certidumbre
se aparearán en este mismo espacio y cuando ocurran
simultáneamente será posible habitar en las palabras

en la figuración de lo real somos inconstatables
a veces lo que no es y lo que es decide confundirse
nos confunde
pero tampoco en la confusión habrá cobijo
volando
un cisne resbala sobre el hielo y en su reflejo cree estar
volando

miércoles, 20 de febrero de 2013

Ahí está el odio (por Enriqueta Arvelo)

No quiero mirar hacia ese sitio;
ahí está el odio.

Tiene los ojos curtidos
de mal fuego.

Lo esquivo.
No quiero saber siquiera
cómo hace sus incendios.
No quiero ver su factoría.
Le rehúyo abiertamente.

Y yo no soy su blanco.

martes, 19 de febrero de 2013

Lo nuestro era el silencio (por Cristian Antüllangka)

El sol cae sobre el chuponal
El viento sur llega a los huesos
Los caballos que pastaban quietos
se asustan
corren
En el mar el marullage ha florecido

Recuerdo cuando en la orilla
los perros y yo te esperábamos
Cuando llegabas a puerto
ellos saltaban sobre ti
te lamían la cara
tú reías
Yo los envidiaba
Pero no te culpo
lo nuestro era el silencio
Para mí tú eras la lanza que descansaba
en un lugar preciso de la casa
Ahora que no estás escribo
para que el silencio venga,
como cuando de la mar llegabas




lunes, 18 de febrero de 2013

Tus pies tocan los míos (por Octavio Paz)


Tus cabellos se pierden en el bosque,
tus pies tocan los míos.
Dormida eres más grande que la noche
pero tu sueño cabe en este cuarto.
Cuánto somos qué poco somos!
Afuera pasa un taxi
con su carga de espectros.
El río que se va
siempre
está de regreso.

¿Mañana será otro día?



domingo, 17 de febrero de 2013

Lluvia de medianoche (por Edward Thomas)


Lluvia, lluvia de medianoche, sólo la lluvia salvaje
sobre esta barraca gris, y soledad, y yo
recordando de nuevo que al final moriré
y no podré oír la lluvia ni ofrecer mi gratitud
por su forma de lavarme, dejándome lo más limpio
que he estado desde que nací a esta soledad.
Benditos son los muertos sobre los que llueve la lluvia:
pero ahora rezo para que ninguno de los que amé
se esté muriendo esta noche o yazga aún despierto
y en soledad, escuchando la lluvia,
sufriendo o sintiendo así una compasión
impotente entre los vivos y los muertos,
como agua fría entre juncos quebrados,
incontables juncos quebrados, altos y tiesos,
que, como yo, no poseen un amor que esta lluvia salvaje
no haya disuelto salvo el amor por la muerte,
si acaso es amor hacia aquello que es perfecto y
no puede, me cuentan las tempestades, decepcionar.

sábado, 16 de febrero de 2013

Un día giratorio (por Carina Sedevich)


Suena una alarma.
El calor, la ausencia, una rama de sauce:
¿qué hace que la alarma suene?
El perro del vecino llora.
Es la mañana de una nochebuena.
Un día giratorio,
más que otros.
Cegador como una vuelta al mundo.
Si fueras a perdonarme
escribiría una carta, hijo,
de despedida.
Te diría que no encuentro la belleza
más.
Que me sequé.
Quisiera
rodearte de piel embarazada
para siempre.
Que te quedes así, en la tibieza.
Que tu vuelo
sea el vuelo del que nunca va a perder.
Hijo, si pudiera,
te dejaría el álbum grande de la vida
completo, con todas las figuritas,
sobre todo las difíciles.
Hijo, si pudiera,
repartiría mi cuerpo por tajadas,
lo dejaría guardado en la heladera.
Hijo, si pudiera,
dejaría la palabra exacta
blanda y blanca como un cirio
cada noche en tu mesita.
Suena una alarma.
Pero no pasa nada.
Porque estas cosas no se anuncian.

viernes, 15 de febrero de 2013

Bóveda tras bóveda (por Thomas Tranströmer)


En el interior de la enorme iglesia románica se apretujaban
los turistas en la penumbra.
Bóveda tras bóveda y sin visión global.
Flameaban las llamas de algunas velas.
Un ángel sin rostro me abrazó,
y me susurró por todo el cuerpo:
"No te avergüences de ser persona. ¡Enorgullécete!
En tu interior se abre bóveda tras bóveda sin fin.
Nunca habrás terminado, y es lo que debe ser".
Las lágrimas me cegaban
y alguien me sacó a la plaza ardiente de sol
junto con Mr y Mrs Jones, el señor Tanaka y la signora Sabatini,
y en el interior de todos ellos se abría bóveda tras bóveda sin fin.

jueves, 14 de febrero de 2013

Laurel de espuma sobre mi cuerpo (por Lorena Estrada)


Salitre ultimísimo,
hoy que es mi lámpara
quien marca la hora en este cuarto gris y ciego,
el siguiente viento
que necesito es el de tu abrazo.
Tu abrazo más allá de la carne y la arteria,
un abrazo que no se apague con el día.
Suspiro del polvo que fue estrella
y Teshcal, eterno hueso del fuego que somos.
Un abrazo con la calentura de una lluvia.
Fuerte huracán de ramas de bronce.
Rosa del sismo, laurel de espuma sobre mi cuerpo.
Hogar, como sombra hecha de mis propios brazos.
Tu abrazo de color de primera tarde y primer beso.
Catedral de pájaros,
patria de tu nombre y el mío,
tu abrazo de ancho mar
y de minúscula lágrima.
Tu abrazo…
sin más palabras que tus brazos alrededor de nuestro sueño
es lo que necesito
en este cuarto gris y ciego.

miércoles, 13 de febrero de 2013

He saltado fuera de mi piel (por Wislawa Szymborska)


Perdí unas pocas diosas camino del sur al norte,
también muchos dioses camino de este a oeste.
Un par de estrellas se apagaron para siempre, ábrete, oh cielo.
Una isla, otra se me perdió en el mar.
Ni siquiera sé dónde dejé mis garras,
quién anda con mi piel, quién habita mi caparazón.
Mis parientes se extinguieron cuando repté a tierra,
y sólo algún pequeño hueso dentro de mí celebra el aniversario.
He saltado fuera de mi piel, desparramado vértebras y piernas,
dejado mis sentidos muchas, muchas veces.
Hace tiempo que he guiñado mi tercer ojo a eso,
chasqueado mis aletas, encogido mis ramas.
Está perdido, se ha ido, está esparcido a los cuatro vientos.
Me sorprendo de qué poco queda de mí:
un ser individual, por el momento del género humano,
que ayer simplemente perdió un paraguas en un tranvía. 


martes, 12 de febrero de 2013

En este instante (por Antonio Ferres)



En este instante
está deshaciéndose la nieve
en el tejado de este año

está tan tibio el sol
en este instante
que vienen conmigo hombres
como recién resucitados

y mujeres con sudarios blancos.

En este instante
canta un gorrión en el tejado
y está deshaciéndose la nieve

mientras la tierra brilla como fuego
en este instante

mientras hay caminos
con hombres iguales que nosotros

y ciudades donde aún no he nacido.

lunes, 11 de febrero de 2013

Porque podía escribirse (por Saiz de Marco)



Me acuso

de haber escrito aquello que se podía escribir:

aquello que podía meterse en el lenguaje,

aquello que podía ponerse por escrito.



Me acuso porque

¿qué importancia tiene, qué valor añade

escribir lo escribible?



Si lo escribí fue

porque podía escribirse.

Así pues, hacerlo no aportó nada.

Nada hizo aflorar,

nada alumbró.



Sólo si hubiera escrito algo inescribible

-algo intrasladable,

algo inconvertible en texto, en palabras;

algo irreductible,

algo incapturable en letras y signos-…,

estaría justificado haberlo escrito.



Así pues, me acuso

de escribir tan sólo versos escribibles.



Y no sólo de eso, sino de

creer que escribirlos serviría de algo

y –qué perversión, qué atrocidad-

pretender ¡incluso! que otros los leyeran.

domingo, 10 de febrero de 2013

No conozco la impermanencia (por Gregory Corso)


Te digo a ti
morir, creer que vas a morir
es una horrible
triste creencia
Las personas no son de fiar
y tus padres tu sacerdote tu gurú son personas
y son ellos los que te dicen que debes morir
creerles a ellos es morir
Porque ves a otro morir
crees que tienes que morir
sin embargo sólo conocerás la muerte de otro
nunca la tuya propia
incluso en tu lecho canceroso
nunca sabrás que te despiertas muerto
El cuerpo es simplemente una etapa
nacemos de nosotros mismos
del encarnado amanecer
a la noche desencarnada
al amanecer reencarnado
una continua conexión
cuyo hilo conductor es el espíritu
nuevamente te digo
no conozco la impermanencia
estoy con la permanencia
y desprecio la muerte
sólo tengo sentimientos por los vivos
no tengo sentimientos por los muertos
Te dicen que tienes que morir para llegar al cielo
manda a la mierda a esos engreídos poco creíbles
que con su fe fraudulenta
matan a millones de eternas inteligencias
Les digo a ustedes. Los muertos: no van a ningún lado
sólo si están vivos podrán llegar aquí, allá, a cualquier lado
El espíritu es más sabio que el cuerpo
Creer que la vida muere con el cuerpo
es estar enfermo del espíritu
El gran peligro es
pensar con el cuerpo que el espíritu es cosa efímera
La víctima de cáncer de espíritu saludable
no es una cosa terminal
y el cuerpo saludable frágil de espíritu
sí lo es
Como los peces son aguas animalizadas
nosotros somos espíritus humanizados
los peces van y vienen los humanos también
la muerte de los peces
no es la muerte de las aguas
la muerte de tu cuerpo
no es la muerte de la vida
Así es
cuando digo que nunca conoceré mi muerte, creo en ello,
conmigo el espíritu emergió con su rostro humano
logré salir de la vida vivo
Y no permitas que un cuerpo en una tumba
en cuya lápida podrás leer el nombre de Gregory Corso
te haga gracia, tiente a esa risa tuya “Ja, ja”
“Él decía que nunca moriría,
mira, el imbécil fue enterrado bien muerto”
Sólo tienes que saber que habrá un cielo
sobre esa tumba ahí
y transportará el tamaño de mi espíritu a todas partes
y esto es una mera suposición
porque quizá nunca verás esa tumba
seguramente yo nunca la veré
Así de este modo como los peces son al agua
así soy yo respecto de la tierra, el fuego, el aire
y así seré hasta tanto todos estos elementos
no estén más allí
Habré muerto en realidad
hasta entonces todavía seré
como ahora, como mañana
como ayer;
adiós, que tengan una buena vida
recuerden
que las personas
las más de las veces
no son confiables,
y son ellas, las que te dicen que tienes que morir;
te estaré viendo en mis ecos
la próxima vez

sábado, 9 de febrero de 2013

Lo que somos (por Óscar Hahn)


Se desvía el curso de la vida
tuerce su rumbo y se va por el camino equivocado
Entra por una puerta que no estaba en sus planes
y no vuelve a salir
Allá adentro
la cercan alambradas murallas
fosos de agua
Entonces la vida marca el paso
desfila en círculos
como los presos en el patio de una cárcel
o sobrevive a ciegas
como el condenado a muerte
que conoce la pena
pero ignora el día de su ejecución

La vida que está afuera
la vida de los otros no cuenta para el muerto
Lo único que cuenta
es la vida que uno lleva adentro
y si se va la vida
uno se va con ella tomado de su mano
que ya no existe

Se fue
se acabó
desapareció
Y por más que los vivos nos recuerden
por más que pongan flores en nuestra tumba
no cambia nada
porque nadie está hecho
de la materia del recuerdo
Los héroes famosos
cuyas estatuas pueblan la ciudad
no están menos muertos
que los huesos que yacen
en la tumba del soldado desconocido
Y es eso lo que somos: soldados desconocidos
o conocidos (da lo mismo)
que día a día pierden la batalla
pero también la guerra

La memoria es un atributo de los vivos
Los muertos no recuerdan nada
Estar muerto es no tener pasado
ni presente ni futuro
Y todo lo que se dice de los muertos
lo decimos nosotros
expertos en vivencias que nunca hemos tenido
¿Alguien sabe lo que piensa el agua
la tierra el aire el fuego?

La muerte es el quinto elemento.

viernes, 8 de febrero de 2013

Amanecer (por Jorge Luis Borges)


En la honda noche universal
que apenas contradicen los faroles
una racha perdida
ha ofendido las calles taciturnas
como presentimiento tembloroso
del amanecer horrible que ronda
los arrabales desmantelados del mundo.
Curioso de la sombra
y acobardado por la amenaza del alba
reviví la tremenda conjetura
de Schopenhauer y de Berkeley
que declara que el mundo
es una actividad de la mente,
un sueño de las almas,
sin base ni propósito ni volumen.
Y ya que las ideas
no son eternas como el mármol
sino inmortales como un bosque o un río,
la doctrina anterior
asumió otra forma en el alba
y la superstición de esa hora
cuando la luz como una enredadera
va a implicar las paredes de la sombra,
doblegó mi razón
y trazó el capricho siguiente:
Si están ajenas de sustancia las cosas
y si esta numerosa Buenos Aires
no es más que un sueño
que erigen en compartida magia las almas,
hay un instante
en que peligra desaforadamente su ser
y es el instante estremecido del alba,
cuando son pocos los que sueñan el mundo
y sólo algunos trasnochadores conservan,
cenicienta y apenas bosquejada,
la imagen de las calles
que definirán después con los otros.
¡Hora en que el sueño pertinaz de la vida
corre peligro de quebranto,
hora en que le sería fácil a Dios
matar del todo su obra!

Pero de nuevo el mundo se ha salvado.
La luz discurre inventando sucios colores
y con algún remordimiento
de mi complicidad en el resurgimiento del día
solicito mi casa,
atónita y glacial en la luz blanca,
mientras un pájaro detiene el silencio
y la noche gastada
se ha quedado en los ojos de los ciegos.

jueves, 7 de febrero de 2013

Curriculum vitae (por Justo Navarro)


Acabé los estudios con facilidad y honor.

Empecé a trabajar sin la mediación de mi padre.

Fui a Londres y volví. Encontré a mi padre

más callado que nunca, más

enmudecido y más mutante,

avergonzado

de envejecer, de haber envejecido.

Esperaba en la puerta

del Hotel Alhambra: le había

caído encima una sombra, igual que cambia

la luz de un día espléndido por un

movimiento invisible de una nube

casi invisible, aunque la nube

desaparece y vuelve el esplendor, y la sombra

de encima de mi padre no se iba.

-No queda en ti nada de ti -me dijo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

En algún sitio (por Carina Sedevich)


Yo sé que en algún lado nuestro amor existe
como existen los esteros y los ríos.
Ajeno a nosotros como si fuera un hijo.
Un hijo que se fue.
Y lo pensamos.
En algún lado, le damos nuestro cuerpo.
Le damos todavía nuestros gestos.
Nos preguntamos.
En nuestra memoria es tan distinto
como cada día que tuvimos.
Hasta podemos saborear su sangre
como después de un puñetazo.
Porque hoy nuestro amor no nos asiste.
Aunque esté erigido en algún sitio
o fluya sobre un cauce
o se haga brasa.

martes, 5 de febrero de 2013

Un zumbido de fondo (por Roberto Juarroz)


Un zumbido de fondo
acusa la presencia de las cosas.
Necesitamos la palabra y el viento
para poder soportarlo.

Un zumbido de fondo
denuncia la ausencia de las cosas.
Necesitamos inventar otra memoria
para no enloquecer.

Un zumbido de fondo
anuncia que no hay nada
que no pueda existir.
Necesitamos un silencio doblado de silencio
para aceptar que todo existe.

Un zumbido de fondo
subraya el frío de la muerte.
Necesitamos la suma de todos los cantos
y el resumen de todos los amores
para poder aplacar ese zumbido.

O una tarde cualquiera,
sin más condición que su abertura,
vendrá un pájaro a posarse en el aire
como si el aire fuera otra rama.
Y entonces cesarán todos los zumbidos.

lunes, 4 de febrero de 2013

Hacia la puerta que nunca abrimos (por T. S. Eliot)

Tiempo presente y tiempo pasado
están ambos quizá presentes en el tiempo futuro,
y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado.
Si todo tiempo es eternamente presente,
todo tiempo es irredimible.
Lo que podía haber sido es una abstracción
y permanece como posibilidad perpetua
sólo en un mundo de especulación.
Lo que podía haber sido y lo que ha sido
apuntan a un fin, que es siempre presente.
Las pisadas resuenan en la memoria
bajando el pasillo que no tomamos
hacia la puerta que nunca abrimos
a la rosaleda. Mis palabras resuenan
así en tu mente,
pero con qué propósito,
removiendo el polvo en un cuenco de pétalos de rosa.
No lo sé.
Otros ecos
habitan el jardín. ¿Los seguimos?
Rápido, dijo el pájaro, encuéntralos, encuéntralos,
al doblar la esquina. Por la primera puerta,
entrando en nuestro primer mundo, ¿Seguimos
el engaño del tordo? En nuestro primer mundo.
Ahí estaban, solemnes, invisibles,
moviéndose sin presión, sobre las hojas muertas,
en el calor del otoño, a través del aire vibrante,
y el pájaro llamó, en respuesta a
la música no oída oculta en los arbustos,
y la mirada no vista lanzada, pues las rosas
tenían el aspecto de flores que son miradas.
Ahí estaban como nuestros invitados, aceptados y aceptando.
Así que avanzamos, y ellos, en formación,
por el paseo vacío, hacia el círculo de boj,
para mirar dentro del estanque drenado.
Seco el estanque, hormigón seco, de borde ocre,
y el estanque se llenó con agua de luz solar,
y el loto se elevó, quietamente, quietamente,
la superficie brilló desde el corazón de la luz,
y estaban tras nosotros, reflejados en el estanque.
Entonces pasó una nube, y el estanque estaba vacío.
Marchaos, dijo el pájaro, pues el estanque estaba lleno de niños,
escondidos, nerviosos, conteniendo la risa.
Id, id, id, dijo el pájaro, la especie humana
no puede soportar mucha realidad.
Tiempo pasado y tiempo futuro,
lo que podía haber sido y lo que ha sido
apuntan a un fin, que es siempre presente.

domingo, 3 de febrero de 2013

Perseguidores del perseguidor (por Pere Gimferrer)



Todo poema tiene un tema sólo:
cómo dice otra cosa la palabra.
Ciego y sereno vive el gavilán
en la tiniebla de palabras últimas.
Yo pisaba estas calles en los años
en que mi juventud fue loba muerta,
pero eran irreales, no trazadas
todavía, o trazadas e insepultas.
Me miraban con ojos de pintura
o de fotografía incandescente
aquellas calles hoy borrosas, claras,
al mismo tiempo nítidas y angostas:
están en el pasado y hoy las cruzo,
voy en pos de mí mismo ensabanándome.
Todo es un pacto de irrealidad:
la serenata del rosal del tiempo.
Al doblar esta esquina, me veré desdoblado
como en el almacén La Rinascente
una tarde en Turín hecha de yeso
en la grisalla oscura de los pórticos.
(Recordé entonces que era carnaval,
al ver luces en nieve de febrero.)
Perseguidores del perseguidor,
nos acechamos porche a porche, esquina
a esquina, zigzagueo de mercurio
que escapa entre las manos, edad mía.
Como gárgola en piazza Solferino,
me mira mi carátula de ayer.
Haber llegado al cabo de la calle:
la luna pudo detenerse al fin.
Un mosaico de voces el poema:
son todos los poemas una voz
que murmura palabras maquilladas,
el rímmel descorrido y afónica la luz,
el oleaje que, al venir, se va.
La predela de Urbino es la palabra
clausuradora de Paolo Uccello:
sombras de azogue, luz endemoniada
en el bozal del aire que llamea.
Pero no es muralla la predela;
la palabra absoluta de la alhaja,
el encerado de la claridad.

sábado, 2 de febrero de 2013

Hubo algo perdido y encontrado (por Wislawa Szymborska)


Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,

que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto por la mitad.

viernes, 1 de febrero de 2013

Matrimonio (por Gregory Corso)



¿Tendría que casarme? ¿Tendría que ser Bueno?

¿Sorprender a la chica de al lado con mi traje de terciopelo y mi capucha de Fausto?

No llevarla al cine sino al cementerio

hablarle de los baños de inmersión del hombre lobo y de clarinetes bifurcados

después desearla y besarla y todos los preliminares

y ella sin querer ir tan lejos y yo entendiendo por qué

diciéndole sin enojarme ¡Tienes que sentir! ¡Sentir es hermoso!

y en vez de eso tomarla en mis brazos y recostarla en una lápida vieja y torcida

y enamorarla toda la noche con las constelaciones del cielo



Cuando me presentara a los padres

enderezando la espalda

y por fin con el pelo bien peinado, estrangulado por una corbata,

me sentaría con las rodillas juntas en su sofá de tercer grado

y no preguntaría ¿Dónde está el baño?

De qué otro modo sentirme distinto del que soy,

casi siempre pensando en el jabón de Flash Gordon

Oh qué terrible debe ser para un hombre joven

sentarse delante de una familia que piensa

¡Nunca lo vimos! ¡Quiere a nuestra Mary Lou!

Después del té y las tortitas caseras preguntarían ¿Qué haces para vivir?

¿Tendría que decirles? ¿Les caería bien?

Dirían Está bien cásense, perdemos una hija

pero ganamos un hijo

¿Y entonces podría preguntar dónde está el baño?



¡Oh Dios, y la boda! Todos los familiares y amigos de ella

y nada más que un puñado de los míos desgreñados y barbudos

esperando para lanzarse sobre los tragos y la comida

¡Y el cura! Mirándome como si me masturbara

preguntando ¿Quiere a esta mujer como legítima esposa?

Y qué diría yo, temblando, diría ¡“Sin Hielo”!

Besaría a la novia con todos los cornudos palmeándome la espalda

¡Es toda tuya, chico! ¡je-je-je!

Y en sus ojos se vería pasar una luna de miel obscena



Después todo ese absurdo del arroz y latas ruidosas y zapatos

¡Las Cataratas del Niágara! ¡Hordas de nosotros!¡Maridos!¡Esposas!¡Flores!¡Bombones!

Todos entrando en tropel en hoteles acogedores

Todos yendo a hacer lo mismo esta noche

El conserje indiferente sabiendo lo que va a pasar

Los zombies del vestíbulo sabiéndolo

El que silba en el ascensor sabiéndolo

El botones que me guiña un ojo sabiéndolo

¡Todos sabiéndolo! ¡Casi estaría tentado de no hacer nada!

¡Me quedaría levantado toda la noche!¡Miraría a los ojos a ese conserje!

Gritándole: ¡Me niego a la luna de miel! ¡Me niego a la luna de miel!

corriendo desaforado entre las suites climatizadas

gritando ¡Panza de radio! ¡Pala de gato!

¡O me quedaría a vivir en Niágara para siempre! en una cueva oscura frente a las cataratas

Me sentaría ahí como el Mielero Loco urdiendo formas de romper matrimonios, un flagelo de bigamia un santo del divorcio



Pero tendría que casarme tendría que ser bueno

Qué lindo sería llegar a casa a ella

y sentarme junto al hogar y ella en la cocina

joven y preciosa con su delantal queriendo tener a mi bebé

y tan feliz conmigo que se le quemaría el asado

y vendría a mí llorando y yo me levantaría de mi sillón grande de papá

diciendo ¡Diente navideño! ¡Cerebros radiantes! ¡Manzana sorda!

¡Por Dios qué esposo sería! Sí, ¡tendría que casarme!
¡Hay tanto por hacer! como meterme en la casa del Sr. Jones tarde a la noche

y tapar sus palos de golf con libros noruegos de 1920

como colgar de la podadora un cuadro de Rimbaud

como pegar estampillas de Tannu Tuva en la cerca

cuando viniera la sra. Kindhead a recolectar para el Community Chest

agarrarla y decirle ¡Hay presagios desfavorables en el cielo!

y cuando el Intendente viniera a ganarse mi voto decirle

¡Cuándo va a parar la matanza de ballenas!

Y cuando viniera el lechero dejarle una nota en la botella

Polvo de pingüino, déjeme polvo de pingüino, quiero polvo de pingüino



Aunque me casara y viviera en Connecticut y nevara

y ella tuviese un bebé y yo estuviera insomne, agotado,

sin dormir durante noches, con la cabeza contra una ventana inmóvil, con el pasado detrás,

en la más común de las situaciones un hombre que tiembla

absorbido por las responsabilidades nada de ramita ni sopa de moneda romana

¡Oh lo que sería!

Seguro que le daría un Tácito de goma como chupete

como sonajero una bolsa de discos rotos de Bach

le clavaría De la Francescas con tachuelas por toda la cuna

le cosería el alfabeto griego en el babero

y le construiría un Partenón sin techo como corralito



No, dudo que yo fuera esa clase de padre

nada de campo, nada de nieve ni de ventana inmóvil

sino la ciudad de Nueva York caliente y olorosa

siete pisos por escalera, con cucarachas y ratas en las paredes

una esposa gorda y Reichiana gritándome sobre las patatas ¡Consigue un trabajo!

Y cinco mocosos con la nariz chorreando enamorados de Batman

Y los vecinos sin dientes y con el pelo electrizado

como esas multitudes de brujas del siglo 18

todos queriendo entrar a ver la tele

Y el dueño que quiere el alquiler

Supermercado Cruz Roja Gas & los Caballeros Eléctricos de Columbus

Imposible acostarse y soñar que nieva el Teléfono, estacionamiento fantasma

¡No! ¡No tendría que casarme y no me casaría jamás!

Pero me imagino si me casara con una mujer hermosa y sofisticada

alta y pálida que usara un vestido negro muy elegante y guantes largos negros

con una boquilla en una mano y un vaso de whisky en la otra

y viviéramos en un ático con una ventana enorme

desde la que pudiéramos ver toda Nueva York y todavía más lejos en días despejados

No no me puedo imaginar casado con ese sueño de preso



Ah pero ¿qué hay del amor? Me olvido del amor

no es que yo sea incapaz de amar

es solamente que veo al amor tan raro como andar con zapatos

Nunca quise casarme con una chica que fuese como mi madre

Ingrid Bergman siempre fue imposible

Y ahora debe haber alguna chica pero ya estará casada

Y los hombres no me gustan y

¡pero tiene que haber alguien!

Porque qué pasa si llego a los 60 y no estoy casado,

solo en una pensión con manchas de meado en los calzoncillos

¡y todos los demás están casados! ¡Todos en el universo casados menos yo!



Ah, sé muy bien que si hubiera una mujer posible como yo soy posible

el matrimonio sería posible

Como Ella en su lujo exótico y solitario esperando a su amante egipcio

así espero privado de 2000 años y del baño de la vida.