Cuando el hombre se extinga,
cuando la estirpe humana al fin se acabe,
todo lo que ha creado comenzará a agitarse,
a ser de nuevo,
a comportarse libremente
—como los niños que se quedan solos en casa cuando sus padres salen por la noche-.
Héctor conseguirá humillar a Aquiles,
Luzbel volverá a ser lo que era antes,
fornicará Susana con los viejos,
avanzará un gran monte hacia Mahoma.
Cuando el hombre se acabe —cualquier día—,
un crepitar de polvo y de papeles proclamará al silencio
la frágil realidad de sus mentiras.
La cara es el espejo del alma. Pero a menudo es un espejo deformante.
ResponderEliminarNunca he encontrado una persona tan ignorante que no pueda aprender algo de ella.
ResponderEliminar(GALILEO)
ResponderEliminarNo es posible vivir con las mujeres. Ni sin las mujeres.
(proverbio hebreo)
ResponderEliminarPan, chocolate
y tus manos –¡ TUS MANOS ¡-
que me lo daban.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarEsta noche ha llovido,
mañana hay barro.
¡Pobre del carretero
que lleva el carro!
ResponderEliminarAlgunos, cuando están bebidos, son perfectos pelmazos. Sobrios, no mejoran mucho.
(GROUCHO MARX)
ResponderEliminarSobre mi almohada,
todavía la forma
de tu cabeza.
(SUSANA BENET)