Cuando Dios, asqueado con el hombre,
se volvió para el cielo,
y el hombre, asqueado de Dios,
se volvió cara a Eva,
todo pareció desmoronarse.
Pero Cuervo Cuervo
Cuervo los juntó clavándolos,
juntó el cielo y la tierra clavándolos.
Y entonces el hombre gritó, pero con la voz de Dios.
Y Dios sangró, pero la sangre del hombre.
El cielo y la tierra crujieron por la juntura
que empezó a gangrenarse y heder
un horror imposible de redimir.
La agonía no disminuyó.
El hombre no podía ser el hombre, ni Dios, Dios.
La agonía
se intensificó.
Cuervo
sonrió burlonamente
gritando: “Ésta es mi Creación”,
enarbolando la bandera negra de sí mismo.
A los indecisos se los llevan los acontecimientos.
ResponderEliminarCon la mentira puede irse lejos, pero sin esperanza de volver.
ResponderEliminarLa hora más oscura es la que precede a la salida del sol.
ResponderEliminarMejor avenencia que cualquier sentencia.
ResponderEliminarNo es patria el suelo que se pisa, sino el que se labra.
ResponderEliminar(MACHADO)
Sabemos poco
ResponderEliminary aun ese poco lo
sabemos mal.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarQuien no come después de harto, no trabaja después de cansado.
ResponderEliminarLa oveja que se aparta es la que caza el lobo.
(proverbio austríaco)
ResponderEliminarEl tiempo es justiciero. El tiempo es vengador.