Antes que nosotros por las mismas arboledas
pasaba el viento, cuando había viento,
y las hojas no se movían
de modo diferente al de hoy.
En vano nos agitamos y pasamos.
No hacemos más ruido en lo que existe
que las hojas de los árboles
o los pasos del viento.
Tratemos pues con abandono asiduo
de entregar nuestro esfuerzo a la Naturaleza
y no querer más vida
que la de los verdes árboles.
Inútilmente parecemos grandes.
Excepto nosotros, nada en el mundo
saluda nuestra grandeza
ni sin querer nos sirve.
Si aquí, junto al mar, mi huella en la arena
el mar con tres olas la borra,
¿qué hará en la otra playa
donde el mar es el Tiempo?
El amor es como un potro,
ResponderEliminarno se puede contener.
El caballo tiene riendas,
el amor ¡qué ha de tener!
Era uno de esos días en que el viento quiere hablar.
ResponderEliminar
ResponderEliminarQuien de nada duda, nada sabe.
(proverbio griego)
ResponderEliminarBien cremaditos,
ni exduque ni exduquesa
es la ceniza.
ResponderEliminar¿Qué le pasa a una música que deja de sonar; qué a una brisa que deja de acariciar; y qué a una luz que se apaga? ¿Qué males les suceden? ¿Les pasa mal alguno? Muerte, di, ¿y qué eres tú sino silencio, calma y sombra?
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)
ResponderEliminarEn una discusión todo tiene dos puntos de vista: el equivocado y el nuestro.
ResponderEliminarVoy partiendo los espejos.
Cada mirada más solo,
cada mirada más viejo.
ResponderEliminarNunca es viejo el corazón que ama.
A veces hay que perderse para encontrarse.
ResponderEliminar