Por las ventanas, por los ojos
de cerraduras y raíces,
por orificios y rendijas
y por debajo de las puertas,
entra la noche.
Entra la noche como un trueno
por los rompientes de la vida,
recorre salas de hospitales,
habitaciones de prostíbulos,
templos, alcobas, celdas, chozos,
y en los rincones de la boca
entra también la noche.
Entra la noche como un bulto
de mar vacío y de caverna,
se va esparciendo por los bordes
del alcohol y del insomnio,
lame las manos del enfermo
y el corazón de los cautivos,
y en la blancura de las páginas
entra también la noche.
Entra la noche como un vértigo
por la ciudad desprevenida,
rasga las sábanas más tristes,
repta detrás de los cobardes,
ciega la cal y los cuchillos
y en el fragor de las palabras
entra también la noche.
Entra la noche como un grito
por el silencio de los muros,
propaga espantos y vigilias,
late en lo hondo de las piedras,
abre los últimos boquetes
entre los cuerpos que se aman,
y en el papel emborronado
entra también la noche.
Gracias. Vuestro blog es un regalito cotidiano.
ResponderEliminarUn abrazo,
Kike
Gracias a ti, Trovador Errante, por tu visita. Nos agrada que te guste nuestra selección.
ResponderEliminarDonde no hay harina, todo es mohína.
ResponderEliminarCuerpo en la cama, si no duerme, descansa.
ResponderEliminarTengo yo un cañaveral
ResponderEliminary cuantas más cañas corto
más me quedan por cortar.
ResponderEliminarAquel ganso parecía un ganso, de hecho era un ganso y nos miraba con cara de ganso, hasta que abrió sus alas y echó a volar.
(GÓMEZ DE LA SERNA)
ResponderEliminarViejas campanas
en la tarde de hoy
y en otro siglo.
ResponderEliminarUna gran inteligencia en la cabeza de un malvado es como un cuchillo afilado en las manos de un loco.
Los gatos tienen propietario, pero no tienen dueño.
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ResponderEliminarCuando me aparto de ti el mundo queda mudo como un tambor que se afloja. Yo te llamo entre las resaltadas estrellas Y grito entre los desfiladeros del viento para herirme en los filos de la noche. Las calles corren rápidas unas detrás de otra me van separando de ti y las luces de la ciudad punzan mis ojos de modo que ya no puedo ver los tuyos ¿Por qué dejarte a ti para herirme en los filos de la noche?
(AMY LOWELL)
ResponderEliminarLa cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor.
(CHURCHILL)
ResponderEliminarPor la boca a menudo la enfermedad entra por la boca. De la boca a menudo sale la desgracia.
(proverbio árabe)
Por la boca a menudo la enfermedad entra.
ResponderEliminarDe la boca a menudo sale la desgracia.