viernes, 4 de febrero de 2011

Yo sigo atada (por Elena Anníbali)

frente a la casa, antes de que construyeran
los edificios ostentosos
las oficinas asépticas de la calle belgrano
los negocios de chucherías
hubo un baldío
y en el centro
un malacate


íbamos con mauro lesjtch
algunas siestas, a jugar
que éramos caballos ciegos
y dábamos vueltas alrededor
del pozo seco


mauro es un hombre ahora
ha hecho dinero, hijos,
sólo persisten en él
los ojos oscuros
con pestañas de muñeca
yo sigo atada
al hábito de esas tardes
caminando el círculo del pozo
jugando al animal ciego


ahora
la sed es real

6 comentarios:

  1. Gracias, Costa, nos alegra que te guste nuestra selección.

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  2. Cabe volver las riendas del destino
    como se vuelve, del revés, un guante.

    (UNAMUNO)

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  3. Escribo este poema para que su Macbook aparezca.
    Se la robó un craquero de diecisiete años
    que agarraron hace una semana y que jura que vendió la laptop.
    Mi hermana le dio seguimiento al juicio
    y la mamá del muchacho -con lágrimas en los ojos-
    le pidió que lo perdonara.

    Espere un momento, doña.
    Primero devuélvanos la Macbook, y luego hablamos.
    Lo que me hace acordar de cuando tenía quince o catorce años
    que un tipo me dio un empujón y me arrebató
    una gorra Lagarto que había comprado.
    Lo perseguí pero no logré alcanzarlo
    y aunque los días pasaron yo no dejaba
    de pensar en mi gorra, hasta que lo vi en un colmado,
    me le acerqué y lo golpeé duro
    en la cabeza y se la arrebaté,
    pero al rato me di cuenta de que no era la mía,
    ni que el tipo era el tipo.

    Sé que no estamos en Portland
    y que la poesía no le va a devolver
    la Macbook a mi hermana.
    Es más probable que la arqueóloga dominicana
    encuentre a Cleopatra en Alejandría
    que mi hermana su laptop.
    Pero escribo este poema para que su Macbook aparezca.
    Escribo y las palabras salen de mis dedos
    como los rayos que disparan los súper héroes.
    Devuélvanle la Macbook a más tardar mañana.
    Sorry hermana, es todo lo que pude hacer.

    (FRANK BÁEZ)

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  4. Da miedo el canto

    del faisán tras saber que

    come serpientes.


    (MATSUO BASHO)

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  5. Este jueves depende de tu boca.
    Debes cuidarlo igual que un parque a un niño,
    como cuida el otoño cada hoja
    y le procura el aire necesario
    para que se reúna con las otras.
    Mira este jueves. No lo sabe. Míralo
    acercarse a nosotros entre sombras.
    y ocupar la ciudad como un ejército
    que no pensara nunca en su derrota.
    Será jueves en todo. Está de paso
    pero quiere vivir de luces propias.
    Entrará en la oficina de mañana,
    a mediodía contará sus horas
    y se quedará al norte de las cartas
    que desde que se escriben son remotas.
    Mira cómo se acerca hasta nosotros:
    viste de azul y herencias sigilosas,
    establece su número y su luna
    ¡el tiempo siendo jueves en las cosas!
    Cuídalo tú que puedes, no le dejes
    que tal día haga un año en la memoria.
    Mira cómo se acerca a la ventana
    sin saber que depende de tu boca.
    Para pasar un día con nosotros
    ha salido este jueves de sus sombras.

    (MANUEL ALCÁNTARA)

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