Mas yo sólo recuerdo
haber sido asistido a veces,
de tarde en tarde, por un ángel:
un solitario petirrojo
que quizás tenía hambre
y añoranza, frío,
quizás miedo,
y desde el seto volaba hasta el alféizar
de mi ventana, inquieto,
como si me trajera, clandestino,
su socorro.
La ausencia de prueba no es prueba de ausencia.
ResponderEliminarUno de mis viejos sueños es escribir una novela de caballerías. Lo creo factible, introduciendo un elemento de terror y de ancha poesía que les falta. Pero ¿qué cosa no tendría yo ganas de escribir? Así de grande es la lujuria de pluma que me excita.
ResponderEliminar(FLAUBERT)
Será que no sé contar
ResponderEliminarque cuando cuento mis penas
me salen penas de más.
Será que no sé contar,
ResponderEliminarque cuando cuento mis penas
me salen penas de más.
Poquito a poco, hila la vieja el copo.
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ResponderEliminar¿A partir de cuántos árboles decimos que es un bosque?
ResponderEliminarPara el aroma
nocturno del jazmín
no hay alambradas.
(MIGUEL D´ ORS)
ResponderEliminarUna vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja.
(proverbio toscano)