"¿Cómo no ser?", te preguntas y hasta acabas por decirlo
en voz alta...
Pero el árbol y la piedra lo callan ,
aunque ambos son hijos de la palabra y por tanto mudos,
ya que la palabra se asusta de ver lo que ha sido de ella...
Pero los nombres aún los tienen. Los nombres: pino,
arce, álamo que tiembla... y los nombres: feldespato,
basalto, fonolita, amor... Bellos nombres,
sólo que asustados de ver en qué se han convertido.
El escritor necesita una pluma, el pintor un pincel, pero el cineasta necesita todo un ejército.
ResponderEliminar(ORSON WELLES)
Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio.
ResponderEliminarLas herramientas del escritor son el papel en blanco, la pluma, la tinta y, sobre todo, una gran papelera.
ResponderEliminarNo solemos considerar personas de buen sentido más que a quienes comparten nuestras opiniones.
ResponderEliminar(LA ROCHEFOUCAULD)
ResponderEliminarQuien quiera cazar, no ha de vocear.
ResponderEliminarBromas pesadas, nunca sean dadas.