No quiero que te vayas
dolor, última forma
de amar.
En esa realidad
hundida que se niega
a sí misma y se empeña
en que nunca ha existido,
que sólo fue un pretexto
mío para vivir.
Si tú no me quedaras,
dolor, irrefutable,
yo me lo creería.
Tu verdad me asegura
que nada fue mentira.
Y mientras yo te sienta,
tú me serás, dolor,
la prueba de otra vida
en que no me dolías.
Tengo una pena tan grande
ResponderEliminarque casi puedo decir
que yo no tengo la pena,
la pena me tiene a mí.
Cree el honrado que todos son de su calado.
ResponderEliminarAldonza, nunca lo había oído, pero es un poco el reverso del más conocido "Cree el ladrón que todos son de su condición".
ResponderEliminarPor caminos solitarios
ResponderEliminaryo me puse a caminar.
Por fuera nada buscaba
pero por dentro quizás.
ResponderEliminarEl amor, la tos y el fuego, no pueden ser encubiertos.
Renaceré yo piedra,
ResponderEliminary aún te amaré mujer a ti.
Renaceré yo viento,
y aún te amaré mujer a ti.
Renaceré yo ola,
y aún te amaré mujer a ti.
Renaceré yo fuego,
y aún te amaré mujer a ti.
Renaceré yo hombre,
y aún te amaré mujer a ti.
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)