Esas cadenas privan de la satisfacción más esencial y básica de la vida en pareja: saber que la otra persona está contigo por ti: porque te quiere y desea estar contigo. Y no porque esté agarrada y amarrada.
Por lo demás, las cadenas pueden ser de muchos tipos, incluidos el económico y el chantaje emocional.
Fue al Mercado y compró dos pájaros sociatas y se hizo con la poltrona matritense. Fue al Mercado de la Rambla de las Flores y, con engaños, compró la voluntad de los probos tenderos de Barcino. Ahora, les va a pagar con la epidural gratuita, cuando les duelan las posaderas de tanto recibir los embates del Mercado. Con anestesia se vive mejor. Fue al Mercado de chatarra y compró un contenedor de cadenas. Todavía no ha decidido en qué emplearlas, pero ya le han salido cotillas y palanganeros que señalan con el dedo a los eventuales destinatarios. Que vivan las caenas, noble pueblo.
Porque la quería no quiso papeles, ni hacer proyectos con vistas al futuro. No confiaba en él y quiso estar seguro de que cotidianamente tendría que ganarla con el sudor de su frente... (SERRAT)
Como el rimbombante Rimbaud no me gustó, abrí vuestro cajón y me encontré con este sencillo poema. El amigo Prevert no defrauda. Me gustan estos franceses simples y sencillos: Prevert en poesía, Moustaki en música, Saint-Exupery en narrativa. Y no el Rimbaud, también francés él pero lleno de recargamiento y pedantería. Donde esté la sencillez, que se quiten el barroquismo y la artificiosidad.
Esas cadenas privan de la satisfacción más esencial y básica de la vida en pareja: saber que la otra persona está contigo por ti: porque te quiere y desea estar contigo. Y no porque esté agarrada y amarrada.
ResponderEliminarPor lo demás, las cadenas pueden ser de muchos tipos, incluidos el económico y el chantaje emocional.
Fue al Mercado y compró dos pájaros sociatas y se hizo con la poltrona matritense.
ResponderEliminarFue al Mercado de la Rambla de las Flores y, con engaños, compró la voluntad de los probos tenderos de Barcino. Ahora, les va a pagar con la epidural gratuita, cuando les duelan las posaderas de tanto recibir los embates del Mercado. Con anestesia se vive mejor.
Fue al Mercado de chatarra y compró un contenedor de cadenas. Todavía no ha decidido en qué emplearlas, pero ya le han salido cotillas y palanganeros que señalan con el dedo a los eventuales destinatarios.
Que vivan las caenas, noble pueblo.
Porque la quería no quiso papeles, ni hacer proyectos con vistas al futuro. No confiaba en él y quiso estar seguro de que cotidianamente tendría que ganarla con el sudor de su frente... (SERRAT)
ResponderEliminarComo el rimbombante Rimbaud no me gustó, abrí vuestro cajón y me encontré con este sencillo poema. El amigo Prevert no defrauda. Me gustan estos franceses simples y sencillos: Prevert en poesía, Moustaki en música, Saint-Exupery en narrativa. Y no el Rimbaud, también francés él pero lleno de recargamiento y pedantería. Donde esté la sencillez, que se quiten el barroquismo y la artificiosidad.
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ResponderEliminarBenditos sean aquéllos que, no teniendo nada que decir, se abstienen de demostrarlo verbalmente.
Lo que yo sueño contigo
ResponderEliminarme da vergüenza contarlo.
Por eso no te lo digo.
Excelente poesía para estos tiempo de mercadeo
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