martes, 8 de noviembre de 2011

Qué pasó por mí (por Gustavo Adolfo Bécquer)

Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
Mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.

¿Qué tiempo estuve así? No sé: al dejarme
la embriaguez horrible de dolor,
expiraba la luz y en mis balcones
reía el sol.

Ni sé tampoco en tan terribles horas
en qué pensaba o que pasó por mí;
solo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.

4 comentarios:

  1. Esto sí que no lo esperaba, ver por aquí al viejo amigo Gustavo Adolfo. Recuerdo que de adolescente, allá por mis 13 años, me pasaba horas y horas leyendo las Rimas ("del salón en el ángulo oscuro...", y sobre todo ésas de "Volverán las oscuras golondrinas..."). Ahora sin embargo no me dicen nada, o casi nada (¿cómo puede una cambiar tanto?). Aunque ésta que habéis puesto, quizá la menos romántica y melodramática de todas, sí sigue apedreando el corazón.

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  2. Sandra, todos y todas hemos pasado por Bécquer y nos hemos emocionado, tal vez llorado, encima de sus rimas. Es como una varicela que hay que pasar entre los 13 y los 15 años.

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  3. Cásate. Si encuentras una buena esposa serás feliz. Si no, siempre podrás hacerte filósofo.

    (SÓCRATES)

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  4. Grosería y no otra cosa, es hablar de forma que a uno no le comprendan todos los que a uno le escuchan, cuando se puede hacer de manera que todos le entiendan.

    (UNAMUNO)

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