jueves, 3 de noviembre de 2011

Trenes (por Joan Margarit)

Acostado a tu lado, oigo los trenes.
Cruzan mi frente sus fugaces luces
rasgando el horror tibio de esta noche.
La pausa de silencio me deja una luz roja,
una nota sobre este pentagrama
de cables y de vías oscuras y brillantes.
Acostado a tu lado,
oigo cómo se alejan con el ruido más triste.
Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos.
Quizá el último acierto
sea -abrazado a ti-
dejar pasar los trenes en la noche.

11 comentarios:

  1. Subir o no subir al tren, ésa es la cuestión.

    ResponderEliminar
  2. Paquito el Chocolatero29 de agosto de 2013, 12:15

    Nueve cosas hubo en la boda de Antón: cochino, marrano, berraco, lechón, cerdo, puerco, magro, tocino y jamón.

    ResponderEliminar
  3. RAMÓN y sus greguerías21 de abril de 2014, 9:59

    Sobre las hojas grises de los olivos gravita aún el polvo que levantaron los carros romanos y las diligencias.

    ResponderEliminar

  4. Una inteligencia inteligente desconfía de ella misma.

    (LEC)

    ResponderEliminar
  5. Ser bisexual duplica las posibilidades de tener una cita un sábado por la noche.

    (ALLEN)

    ResponderEliminar

  6. Cuando el camino es muy largo, más corre el mastín que el galgo.

    ResponderEliminar

  7. A manos frías, corazón caliente.

    ResponderEliminar
  8. Lo urgente no deja sitio para lo importante.

    ResponderEliminar
  9. Qué grande es la pena mía
    que en un pozo me he caído
    y no encuentro la salida.

    ResponderEliminar
  10. Estás sentado solo frente al valle



    con un libro en las manos



    que abandonas a ratos



    para poder mirar,



    con la calma debida,



    cuanto la vista alcanza.



    Suena el silencio. A veces,



    el rumor de las ramas



    o el canto intermitente de algún pájaro.



    Respiras hondo. Ves.



    Aprecias uno a uno los momentos



    que te concede este vivir al margen.



    No haces tuya la queja



    de los que quieren irse



    pero que aplazan siempre



    la ocasión de su huida.



    Permaneces aquí



    por propia voluntad:



    es éste tu lugar.



    Tú eres de él.


    (ÁLVARO VALVERDE)

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.