¡Cuánto sabe la flor!
Sabe ser blanca cuando es jazmín,
morada cuando es lirio.
Sabe abrir el capullo,
sin reservar dulzuras para ella,
a la mirada o a la abeja.
Permite sonriendo que con su alma se haga miel.
¡Cuánto sabe la flor!
Sabe dejarse coger por ti,
para que tú la lleves, ascendida,
en tu pecho alguna noche.
Sabe fingir, cuando al siguiente día la separas de ti,
que no es la pena por tu abandono
lo que la marchita.
¡Cuánto sabe la flor!
Sabe el silencio; y teniendo unos labios tan hermosos
sabe callar el "¡ay!" y el "no",
e ignora la negativa y el sollozo.
¡Cuánto sabe la flor!
Sabe entregarse, dar, dar todo lo suyo al que la quiere,
sin pedir más que eso:
que la quiera.
Sabe, sencillamente sabe, amor.
Sin cerebro las plantas se lo montan muy bien.
ResponderEliminarExiste un único lenguaje humano, con variedades meramente marginales.
ResponderEliminar(CHOMSKY)
No es bueno que los dientes riñan con la lengua.
ResponderEliminar(proverbio mauritano)
ResponderEliminarDonde hay conciencia hay dolor.
ResponderEliminares toda la mudanza:
la cama turca que
baila encima del camión.
colchón.
frazada mora.
los artefactos de
cocina.
colador. cubierto. cuchara. platos. ollas. el aparato de
radio. la colección de “el escolar”.
año mil novecientos sesenta y siete.
el camión que dobla por Valerio López.
(LUIS PEREIRA)