Un zumito de poesía, recién exprimida, para desayunar cada mañana. (Rico en vitaminas y antioxidantes. Muy muy nutritivo.)
jueves, 29 de marzo de 2012
Es allí (por Riszard Kapuscinski)
Es allí dijo una voz miré a mi alrededor no veo nada, respondí creo que quiso decir escucha la voz que hay en tu interior no la silencies con tus propias palabras
Hablar mucho para oírnos poco, o mejor nada. Gritar mucho hacia afuera para mantener callado nuestros adentros. Sí, muy habitual, me suena mucho (pero lo acallo).
Y es con el amor que es la mayor desilusión de todas que uno termina desilusionándose de todo lo demás. Esperar se vuelve el camino directo a la decepción porque el timbre no va a sonar a esa hora, porque la puerta no se va a abrir cuando llamemos, las palabras no van a sonar como los pensamientos, el lado derecho de la cama va a permanecer vacío, el sol no va a salir para secar la ropa, el bus no va a llegar a tiempo, va a haber deudas en lugar de trabajo, va a haber paredes en lugar de ventanas, adioses en lugar de bienvenidas, lágrimas en lugar de risas, frío en lugar de calor, soledad cuando el corazón estalle y tranquilidad en lugar de locura.
Una vez me perdí en tus brazos y eran mis labios una fortaleza que anhelaba una conquista insólita. Se enamoraron del asedio y avanzaron. Tu cintura era un sultán, tus manos la fatiha del ejército, tus ojos una guarida y un amigo. Nos unimos, nos perdimos juntos, penetramos en el bosque de fuego. Trazo el primer paso hacia ti y abres el camino...
Entre el murmullo de olivos sarracenos y el silencio humillado de las gentes, resisten las columnas de los templos alzadas de una vez y para siempre Los dioses han huido a su alto cielo, en el mar ya no cantan las sirenas, solo los hombres siguen ahí abajo tejiendo y destejiendo el mismo desconsuelo.
Hablar mucho para oírnos poco, o mejor nada. Gritar mucho hacia afuera para mantener callado nuestros adentros. Sí, muy habitual, me suena mucho (pero lo acallo).
ResponderEliminarTan difícil como es oírse uno a sí mismo... Tan complejo como es algo tan simple como sentarse y sentirse.
ResponderEliminarPara olvidar amando
ResponderEliminarno hay más remedio
que nuevo amor, o mucha
tierra por medio.
Que estando ausente,
se olvida lo pasado
por lo presente.
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse revelado, no serán conscientes. Ese es el problema.
ResponderEliminar(ORWELL)
Al hablar, como al guisar, su granito de sal.
ResponderEliminar
ResponderEliminarAterricé.
Nadie aquí me conoce.
Casi no existo.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarY es con el amor que es la mayor desilusión de todas que uno termina desilusionándose de todo lo demás. Esperar se vuelve el camino directo a la decepción porque el timbre no va a sonar a esa hora, porque la puerta no se va a abrir cuando llamemos, las palabras no van a sonar como los pensamientos, el lado derecho de la cama va a permanecer vacío, el sol no va a salir para secar la ropa, el bus no va a llegar a tiempo, va a haber deudas en lugar de trabajo, va a haber paredes en lugar de ventanas, adioses en lugar de bienvenidas, lágrimas en lugar de risas, frío en lugar de calor, soledad cuando el corazón estalle y tranquilidad en lugar de locura.
(LIZETH CISNEROS)
ResponderEliminarDios es el único ser que para reinar ni siquiera necesita existir.
(BAUDELAIRE)
ResponderEliminarDel infinito
cualquier mapa que traces
es infinito.
(RAFAEL BALDAYA)
Una vez me perdí en tus brazos
ResponderEliminary eran mis labios una fortaleza
que anhelaba una conquista insólita.
Se enamoraron del asedio
y avanzaron.
Tu cintura era un sultán,
tus manos la fatiha del ejército,
tus ojos una guarida y un amigo.
Nos unimos, nos perdimos juntos,
penetramos en el bosque de fuego.
Trazo el primer paso hacia ti
y abres el camino...
(Alí Ahmad Said Esber -Adonis-)
Entre el murmullo de olivos sarracenos
ResponderEliminary el silencio humillado de las gentes,
resisten las columnas de los templos
alzadas de una vez y para siempre
Los dioses han huido a su alto cielo,
en el mar ya no cantan las sirenas,
solo los hombres siguen ahí abajo
tejiendo y destejiendo el mismo desconsuelo.
(SALVATORE QUASIMODO)