Hay un remolino de agua donde las palabras se hacen dulces,
donde las palabras se hacen lentas y claras
como profundidades.
Hay un lugar en el espacio donde la voz os resuena,
donde la voz os rodea y seduce
como si gritarais en una cueva.
Si esto os digo es para sinceraros
con vosotros mismos.
No queráis descubrir qué fuerzas os mueven.
Hay la vida y la muerte, inmutables.
Lo demás son palabras.
Amaos, hermanos, por lo que os duele y os hechiza.
¿Qué merece la humanidad?
ResponderEliminar¿De qué se ha hecho acreedora la especie humana en su conjunto?
¿Qué balance, o qué resultado, o qué destino merecemos?
Que yo cantar no quería;
ResponderEliminarque nadie sabe la pena
que me cuesta esta alegría.
ResponderEliminarCualquier tonto puede, siempre que le venga en gana, perturbar el espíritu más complicado.
Que te admiren de lejos, es relativamente fácil. Lo difícil es ser admirado de cerca.
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ResponderEliminarNo hay árbol que el viento no haya sacudido.
(proverbio de la India)