La mirada de un animal, en momentos de extrema necesidad, puede ser mucho más penetrante, casi podría decir más expresiva que la de los seres humanos, pues nosotros comunicamos la mayor parte de nuestras emociones, de nuestros pensamientos, por medio de la palabra, que hace las veces de intermediaria, mientras que un animal, que no es capaz de hablar, se ve obligado a comprimir en sus pupilas todo cuanto quiere transmitir.
Lope de Vega no me interesa mucho porque el teatro de Lope, salvo dos o tres obras (escribió muchísimas, como sabes), son obras de compromiso, de ésas que, como él decía, «en horas veinticuatro pasaban de las musas al teatro». Son obras que no interesan nada, enredos, vodeviles, bobadas para poner en las corralas, en los patios. Salvo Fuenteovejuna y alguna más tiene poco teatro que se salve.
Por un sí que dio la novia
ResponderEliminara la puerta de la iglesia;
por un sí que dio la novia
entró libre y salió presa.
A dos liebres perseguí y las dos liebres perdí.
ResponderEliminarTere, yo sé ese refrán de otra manera:
ResponderEliminarPerrillo de muchas bodas, no come en ninguna por comer en todas.
Anda diciendo tu madre
ResponderEliminarque las gallinas no ponen.
Ella se come los huevos
y tira los cascarones.
La mirada de un animal, en momentos de extrema necesidad, puede ser mucho más penetrante, casi podría decir más expresiva que la de los seres humanos, pues nosotros comunicamos la mayor parte de nuestras emociones, de nuestros pensamientos, por medio de la palabra, que hace las veces de intermediaria, mientras que un animal, que no es capaz de hablar, se ve obligado a comprimir en sus pupilas todo cuanto quiere transmitir.
ResponderEliminar(STEFAN ZWEIG)
Ya has contado las gestas de tus abuelos. Di ahora las tuyas y nos reiremos.
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ResponderEliminarA mí no me obliga nadie
a decir una mentira.
Bastantes digo a diario
y eso que nadie me obliga.
Es importante que alguien diga las verdades incómodas, pero también es importante que las diga humildemente, sin griteríos ni aspavientos.
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ResponderEliminarLope de Vega no me interesa mucho porque el teatro de Lope, salvo dos o tres obras (escribió muchísimas, como sabes), son obras de compromiso, de ésas que, como él decía, «en horas veinticuatro pasaban de las musas al teatro». Son obras que no interesan nada, enredos, vodeviles, bobadas para poner en las corralas, en los patios. Salvo Fuenteovejuna y alguna más tiene poco teatro que se salve.
(UMBRAL)