miércoles, 3 de octubre de 2012

Junto al propio equipaje en un escalón frío (por Derek Walkott)


Recuerdo las ciudades que nunca he visto

exactamente. Venecia con sus venas de plata, Leningrado

con sus minaretes de toffee retorcido. París. Pronto

los impresionistas obtendrán sol de las sombras.

¡Oh! y las callejas de Hyderabad como una cobra desenroscándose.



Haber amado un horizonte es insularidad;

ciega la visión, limita la experiencia.

El espíritu es voluntarioso, pero la mente es sucia.

La carne se consume a sí misma bajo sábanas espolvoreadas

de migas, ampliando el Weltanschauung con revistas.



Hay un mundo al otro lado de la puerta, pero qué inquietante resulta

encontrarse junto al propio equipaje en un escalón frío cuando el alba

tiñe de rosa los ladrillos, y antes de tener ocasión de lamentarlo,

llega el taxi haciendo sonar una vez la bocina,

deslizándose hasta la acera como un coche fúnebre y subimos.

4 comentarios:

  1. Hay que masticar las palabras más que un pedazo de pan.

    (proverbio holandés)

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  2. Poco a poco, hila la vieja el copo.

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  3. La revolución es buena para los histriones. Sirven todos los gritos, todas las necedades tienen valor, todos los pedantes alcanzan un pedestal.

    (BAROJA)

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  4. Septiembre, o seca las fuentes o tira los puentes.

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