La patria somos nosotros. Nuestros primeros juguetes. Las cazadoras remendadas y heredadas del hermano mayor. Los bocadillos envueltos en papel de periódico. Las niñas, con sus estrictas faldas marrones. La calderilla en el bolsillo del padre. Los exámenes, las chuletas... Los versos ridículos, espantosos... Los pensamientos suicidas... Un vaso de agdam en el patio... El tabaco de liar en la mili... La hija, las manoplas, los leotardos, el talón torcido de una bota minúscula... Los párrafos tachados en diagonal, zis zas... Los manuscritos, la milicia, el Departamento de Emigración...
Todo lo pasado es la patria. Y todo lo pasado quedará para siempre.
¿Y de la angustia qué decir? Es un automóvil vacío sobre el cual se mueve la luna: es el páramo que siempre miramos desde la ventana del tren, y ya nunca más vemos, a medida que la infancia se pro longa en cartas y hospitales, besos frustrados y desmayos observados desde un espejo. La angustia viene, no busca nada que desde siempre no le pertenezca, con sus ojos largos hace su jardín.
Cuanto más bella es una idea, más sonora es la frase. La precisión del pensamiento hace (y ella misma es) la precisión de la palabra.
ResponderEliminar(FLAUBERT)
Ni comer sin beber, ni firmar sin leer.
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ResponderEliminarSoplar y sorber, no puede ser.
ResponderEliminarLe pedí su número de teléfono a un economista y me dio una estimación.
(WONNACOT)
Tuya es la piedra sólo hasta que la lanzas.
ResponderEliminar(proverbio árabe)
La patria somos nosotros. Nuestros primeros juguetes. Las cazadoras remendadas y heredadas del hermano mayor. Los bocadillos envueltos en papel de periódico. Las niñas, con sus estrictas faldas marrones. La calderilla en el bolsillo del padre. Los exámenes, las chuletas... Los versos ridículos, espantosos... Los pensamientos suicidas... Un vaso de agdam en el patio... El tabaco de liar en la mili... La hija, las manoplas, los leotardos, el talón torcido de una bota minúscula... Los párrafos tachados en diagonal, zis zas... Los manuscritos, la milicia, el Departamento de Emigración...
ResponderEliminarTodo lo pasado es la patria. Y todo lo pasado quedará para siempre.
(SERGEI DOVLATOV)
¿Y de la angustia qué decir? Es un automóvil vacío sobre el cual se mueve la luna: es el páramo que siempre miramos desde la ventana del tren, y ya nunca más vemos, a medida que la infancia se pro longa en cartas y hospitales, besos frustrados y desmayos observados desde un espejo. La angustia viene, no busca nada que desde siempre no le pertenezca, con sus ojos largos hace su jardín.
ResponderEliminar(ROBERTO BOLAÑO)