Hay sólo dos instantes de desnudez y pureza perfecta en la vida de un hombre: el nacimiento y la muerte. No se puede adorar a Dios bajo la forma humana sin mancharlo, salvo como un recién nacido o como un agonizante.
En Sevilla está una ermita cual dicen de San Simón, adonde todas las damas iban a hacer oración. Allá va la mi señora, sobre todas la mejor, saya lleva sobre saya, mantillo de un tornasol, en la su boca muy linda lleva un poco de dulzor, en la su cara muy blanca lleva un poco de color, y en los sus ojuelos garzos lleva un poco de alcohol, a la entrada de la ermita, relumbrando como el sol. El abad que dice misa no la puede decir, no, monaguillos que le ayudan no aciertan responder, no, por decir: amén, amén, decían: amor, amor.
¡Turbio fondeadero donde van a recalar barcos que en el muelle para siempre han de quedar! Sombras que se alargan en la noche del dolor; náufragos del mundo que han perdido el corazón. Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar, barcos carboneros que jamás han de zarpar. Torvo cementerio de las naves que al morir sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir...
¡Niebla del Riachuelo!, amarrado al recuerdo yo sigo esperando... ¡Niebla del Riachuelo!, de ese amor para siempre me vas alejando. Nunca más volvió, nunca más la vi, nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí... Esa misma voz que dijo adiós.
Sueña, marinero, con tu viejo bergantín, bebe tus nostalgias en el sordo cafetín. Llueve sobre el puerto. Mientras tanto mi canción llueve lentamente sobre tu desolación. Anclas que ya nunca, nunca más han de levar; bordas de lanchones sin amarras que soltar. Triste caravana sin destino ni ilusión, como un barco preso en la botella del figón.
Hay sólo dos instantes de desnudez y pureza perfecta en la vida de un hombre: el nacimiento y la muerte. No se puede adorar a Dios bajo la forma humana sin mancharlo, salvo como un recién nacido o como un agonizante.
ResponderEliminar(SIMONE WEIL)
ResponderEliminarCuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto.
(GROUCHO)
ResponderEliminarPatio interior.
Sostenes y slips juegan
a acariciarse.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarNingún árbol crece hasta el cielo.
(proverbio sueco)
En Sevilla está una ermita
ResponderEliminarcual dicen de San Simón,
adonde todas las damas
iban a hacer oración.
Allá va la mi señora,
sobre todas la mejor,
saya lleva sobre saya,
mantillo de un tornasol,
en la su boca muy linda
lleva un poco de dulzor,
en la su cara muy blanca
lleva un poco de color,
y en los sus ojuelos garzos
lleva un poco de alcohol,
a la entrada de la ermita,
relumbrando como el sol.
El abad que dice misa
no la puede decir, no,
monaguillos que le ayudan
no aciertan responder, no,
por decir: amén, amén,
decían: amor, amor.
Puedes hacer que pasen cosas, pero no puedes hacer que despasen.
ResponderEliminarUna persona sin ilusiones es una barca sin remos.
ResponderEliminar(FRANKLE)
ResponderEliminarRafa, no es "Frankle" sino Frankl: Viktor Frankl.
Un saludo.
A testa è un potiño onde cada un ferve o seu caldiño.
ResponderEliminar¡Turbio fondeadero donde van a recalar
ResponderEliminarbarcos que en el muelle para siempre han de quedar!
Sombras que se alargan en la noche del dolor;
náufragos del mundo que han perdido el corazón.
Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar,
barcos carboneros que jamás han de zarpar.
Torvo cementerio de las naves que al morir
sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir...
¡Niebla del Riachuelo!,
amarrado al recuerdo
yo sigo esperando...
¡Niebla del Riachuelo!,
de ese amor para siempre
me vas alejando.
Nunca más volvió,
nunca más la vi,
nunca más su voz nombró mi nombre
junto a mí...
Esa misma voz que dijo adiós.
Sueña, marinero, con tu viejo bergantín,
bebe tus nostalgias en el sordo cafetín.
Llueve sobre el puerto. Mientras tanto mi canción
llueve lentamente sobre tu desolación.
Anclas que ya nunca, nunca más han de levar;
bordas de lanchones sin amarras que soltar.
Triste caravana sin destino ni ilusión,
como un barco preso en la botella del figón.
(ENRIQUE CADÍCAMO)