miércoles, 12 de febrero de 2014

De tiempo y agua (por Jorge Luis Borges)


Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Ítaca
verde y humilde. El arte es esa Ítaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

4 comentarios:

  1. Paquito el Chocolatero12 de febrero de 2014, 18:36

    No se concibe el tiempo sin el cambio. No se concibe el cambio sin el tiempo.

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  2. No nació quien nunca erró.

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  3. Se muere el hombre, mas no su nombre.

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  4. De mutuo acuerdo
    van Julieta y Romeo
    a divorciarse.

    (RAFAEL BALDAYA)

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