sábado, 31 de mayo de 2014

Tojo (por Miguel D´ Ors)


Ya sé que eres arisco, doloroso de trato,

que invades las laderas con tu espesura hostil,

que ciegas los caminos (ahora mismo le están

doliendo a mi recuerdo

las rúbricas sangrientas que ponías

en mis piernas de niño); pero, con todo eso,

a algún rincón de mí le inspiras algo

parecido al amor.


Será que estás dentro de mí, alfombrando

los veranos felices de la infancia;

será que aún cruza mi memoria el carro,

tirado por la «Roxa» y la «Morena»,

que del áspero monte te bajaba

a las cuadras de «A Costa»; será que si me heriste

nunca fue por la espalda.


O que quizá nos parecemos algo,

que, igual que tú, soy áspero y montuno,

que daño a quien me abraza


y que también, desde las mismas ramas

que sustentan mis púas, como tú, contribuyo

al esplendor del mundo

con unas pocas flores amarillas.

7 comentarios:

  1. Sí el tojo o el cardo u otras plantas no crecieran espontáneamente, se pagaría por ellas. Pero cómo se nos regalan, casi nadie las aprecia. Somos así de memos.

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  2. La religión es una mentira piadosa.

    (ARCADI ESPADA)

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  3. El buen profesor crea vocaciones. El mal profesor las destruye.

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  4. Los cabellos atados
    que tú me diste
    los desato y los cuento
    cuando estoy triste.

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  5. Jorge Manrique
    no cambia de emisora
    ni de canal.

    (CUQUI COVALEDA)

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