lunes, 6 de abril de 2015

Todo el mundo lo sabe (por Ángel González)


De tarde en tarde el cielo está que arde.
En el jardín la luz declina “rosa
rosae”, y la fuente rumorosa
conjuga en el silencio de la tarde
el presente de un verbo evanescente
que articula el mañana y el ayer.
"Todo lo que ya fue volverá a ser",
murmura el cuento claro de la fuente.
El cuento de la fuente es eso: un cuento.
Quemó el cielo la luz en la que ardía,
y el día se deshizo en un “memento
homo”, humo, ceniza, lejanía.
Eso es lo que nos queda de aquel día.
Quien quiera saber de él, pregunte al viento.


5 comentarios:

  1. Sencillo pero escrito con tinta dorada, el comienzo está muy chulo, le doy un 8
    Mel

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  2. Ermita en ruinas.
    Un minúsculo insecto
    se come al santo.


    (EMILIO GAVILANES)

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  3. Dichoso aquél cuya fama no brilla más que su verdad.

    (TAGORE)

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  4. El viento,
    que arranca los árboles de cuajo,
    el que enfurece al mar,
    el que arrasa las costas
    sin clemencia,

    sí, el mismo,
    míralo ahora,

    siguiéndote por la calle,
    jugando con tu melena,
    tonto perdido.

    (CARMELO C. IRIBARREN)

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  5. mirá los trenes
    parece que siguen siempre un mismo ritmo
    pero no
    ahora van lentos
    les pesa el viento en contra
    esas bandadas de pájaros
    y esos insectos que se estrellan
    en los cristales

    mirá los trenes
    y escuchá el sonido cuando atraviesan
    el campo
    es como escarcha que lastima la piel
    o como fuego
    es como dos que se aman y como esa luz
    que titila suave y se apaga
    en el andén

    (CELINA FEUERSTEIN)

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