Esta ciudad tiene muelles a los que llegan barcas sigilosas;
dóciles y estrechos pasos, altos galpones, y el viajero ve
(mientras el maletín de muestras le golpea las rodillas)
y oye, todavía por debajo de las máquinas que amainan,
anunciar su llegada a la orilla matinal.
Y nosotros, todavía medio dormidos,
percibimos el mugido de las llegadas a una triste distancia:
una vez más peliagudos dilemas en la puerta.
Ya verás cómo te equivocas, gritan, ya verás cómo te equivocas;
y nos levantamos. Por la noche suenan otra vez
llamando ahora al viajero que se marcha:
No por mucho tiempo, gritan, no por mucho tiempo.
Nos sacan a empujones de la comodidad, y nunca sabemos
con qué tranquilidad podríamos ignorar sus sirenas,
ni si, esta noche, la felicidad también se marcha.
Desde unos ojos
ResponderEliminardistintos de los tuyos
nunca te has visto.
(RAFAEL BALDAYA)
Si quieres que un asunto nunca se resuelva, encomiéndaselo a un comité.
ResponderEliminarA Sancho Panza
ResponderEliminary antes de él a Jesús
llevó el borrico.
(CUQUI COVALEDA)
Amor de lejos, amor de pendejos.
ResponderEliminar(proverbio venezolano)
ResponderEliminarLas palabras son como las abejas, que tienen miel y aguijón.
(proverbio suizo)
Le pido al cielo
ResponderEliminarque seas para siempre
mi compañero.
(ANÓNIMO)