martes, 7 de julio de 2015

Barcas sigilosas (por Philip Larkin)


Esta ciudad tiene muelles a los que llegan barcas sigilosas;
dóciles y estrechos pasos, altos galpones, y el viajero ve
(mientras el maletín de muestras le golpea las rodillas)
y oye, todavía por debajo de las máquinas que amainan,
anunciar su llegada a la orilla matinal.

Y nosotros, todavía medio dormidos,
percibimos el mugido de las llegadas a una triste distancia:
una vez más peliagudos dilemas en la puerta.
Ya verás cómo te equivocas, gritan, ya verás cómo te equivocas;
y nos levantamos. Por la noche suenan otra vez

llamando ahora al viajero que se marcha:
No por mucho tiempo, gritan, no por mucho tiempo.
Nos sacan a empujones de la comodidad, y nunca sabemos
con qué tranquilidad podríamos ignorar sus sirenas,
ni si, esta noche, la felicidad también se marcha.


6 comentarios:

  1. Desde unos ojos
    distintos de los tuyos
    nunca te has visto.

    (RAFAEL BALDAYA)

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  2. Si quieres que un asunto nunca se resuelva, encomiéndaselo a un comité.

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  3. A Sancho Panza
    y antes de él a Jesús
    llevó el borrico.

    (CUQUI COVALEDA)

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  4. Amor de lejos, amor de pendejos.

    (proverbio venezolano)

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  5. Las palabras son como las abejas, que tienen miel y aguijón.

    (proverbio suizo)

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  6. Le pido al cielo
    que seas para siempre
    mi compañero.

    (ANÓNIMO)

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