sábado, 18 de julio de 2015

Canción de la muerte resplandeciente (por Salvador Espriu)


Fortunas de mar

me llevarán consigo.

No podrás

orzar ni perder,

uno a uno, velero blanco,

todos los palos.

Por el engaño

de luz de mediodía,

eres súbito prisionero

de un viejo canto.

¿En qué puerto

se enroló, serviola,

este nuevo timonel

tan extraño?

Yo no sé

que caminos de mi sueño

lo han llevado al gobierno

de la nave.

Ásperas manos

nunca dejan la rueda,

y ya calmo se torna

mi tiempo.

Lejos, más allá

de palabras amargas,

encontré una muerte

resplandeciente.


5 comentarios:

  1. Ni siquiera los cinco dedos son iguales.

    (proverbio afgano)

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  2. Recuerdos llenos
    de carcoma, de herrumbre,
    de telarañas.

    (RAFAEL BALDAYA)

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  3. Nada ni nadie puede impedir que sufran,
    que las agujas avancen en el reloj,
    que decidan por ellos, que se equivoquen,
    y que un día de repente nos digan adiós.

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  4. Se muere dos veces. Una primera vez, y una segunda que es cuando alguien encuentra una foto tuya y ya no sabe quién eres.

    (BOLTANSKY)

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  5. Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.

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