domingo, 20 de diciembre de 2015

Pero sólo un hombre amó tu alma (por William Butler Yeats)


Cuando estés vieja y gris y soñolienta

y cabeceando ante la chimenea, toma este libro,

léelo lentamente y sueña con la suave mirada

y las sombras profundas que antes tenían tus ojos.


Cuántos amaron tus momentos de alegre gracia

y con falso amor o de verdad amaron tu belleza,

pero sólo un hombre amó en ti tu alma peregrina

y amó los sufrimientos de tu cambiante cara.


E inclinada ante las relumbrantes brasas

murmulla, un poco triste, cómo escapó el amor

y anduvo en lo alto de las altas montañas

y entre un montón de estrellas ocultó su rostro.

4 comentarios:

  1. Sin ver el sol
    lo siguen, lo persiguen
    los girasoles.

    (CUQUI COVALEDA)

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  2. Quien tenga buen asiento, no haga movimiento.

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  3. También al fútbol lo atacó el bacilo de la eficacia y hay quien se atreve a preguntar para qué sirve jugar bien. Resulta tentador contar que un día osaron preguntarle a Borges para qué sirve la poesía y contestó con más preguntas: ¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café? Cada pregunta sonaba como una sentencia: sirve para el placer, para la emoción, para vivir.

    (JORGE VALDANO)

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  4. ¿Cómo vivirán los moros
    teniendo varias mujeres
    si aquí con una nos basta
    pa que el demonio nos lleve?

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