martes, 26 de enero de 2016

Oía rodar los trenes (por Maurice Riordan)


Así que por un rato vivió a tiro de piedra
del ferrocarril; en un cuarto amueblado
con un sofacama, una lámpara, una mesa,
un refri callado, un teléfono.
Oía rodar de noche los trenes de carga
que sin tregua cruzaban el interior del país.
Lo mantenían en vela hasta el amanecer,
junto a una radio verde y un mapa,
con los que seguía los mismos resultados
del béisbol, violaciones, incendios, asesinatos,
y casi siempre la misma humedad y calor
desde los Grandes Lagos hasta el Golfo.
Una vez marcó un número de larga distancia.
Sonó seis, siete, ocho veces.
No contestan. Se puso el auricular
sobre el pecho, y lo dejó sonar y sonar.


3 comentarios:

  1. Hay rascacielos
    sobre el suelo en que andaban
    los dinosaurios.

    (CUQUI COVALEDA)

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  2. Cuando cruzo por tu calle
    y no estás en la ventana,
    voy acortando los pasos
    por si acaso te asomaras.

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  3. Lo que no se tiene también puede perderse.

    (GARCÍA MARTÍN)

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