lunes, 21 de marzo de 2016

En aquella perdida parte mía (por Roberto Juarroz)


En una noche que debió ser lluvia

o en el muelle de un puerto tal vez inexistente

o en una tarde clara, sentado a una mesa sin nadie,

se me cayó una parte mía.


No ha dejado ningún hueco.

Es más: pareciera algo que ha llegado

y no algo que se ha ido.


Pero ahora,

en las noches sin lluvia,

en las ciudades sin muelles,

en las mesas sin tardes,

me siento de repente mucho más solo

y no me animo a palparme,

aunque todo parezca estar en su sitio,

quizá todavía un poco más que antes.


Y sospecho que hubiera sido preferible

quedarme en aquella perdida parte mía

y no en este casi todo

que aún sigue sin caer.


4 comentarios:

  1. No es para ti;
    es para el abejorro
    que el clavel huele.

    (CUQUI COVALEDA)

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  2. Atan más los papeles que los cordeles.

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  3. Un niño sollozó chupando los pechos blancos de su madre
    llenos de la leche negra del destino.
    Los ojos de los cadáveres
    miraban petrificados y tristes.

    (BEHCET NECATIGIL)

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