martes, 12 de abril de 2016

Entonces se abre una puerta (por Rafael Felipe Oteriño)


Me asomo a la lengua extranjera como a un reino.

Tesón de palabras

que son valles, esteros, montañas.


A veces se entrelazan y escucho una voz.

Y devociones que permanecían ocultas

se acercan a mi mesa como guardianes altos.


Conversan animosas, intercambian miradas,

las oigo respirar como catedrales

por cuyas naves espaciosas voy.


Entonces, se abre una puerta y la atravieso.

Y detrás hay un palacio con su jardín enorme

y un lago transparente en el que me zambullo y nado.



2 comentarios:

  1. Nadie puede entender que aquello que más le gusta en el mundo deje indiferentes a otros.

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  2. Ya no son nunca
    mi patio, mi colegio,
    y lo son siempre.

    (RAFAEL BALDAYA)

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