I
Considera, alma mía, esta textura
áspera al tacto, a la que llaman vida.
Repara en tantos hilos tan sabiamente unidos
y en el color, sombrío pero noble,
firme, y donde ha esparcido su resplandor el rojo.
Piensa en la tejedora; en su paciencia
para recomenzar
una tarea siempre inacabada.
Y odia después, si puedes.
II
Hombrecito, ¿qué quieres hacer con tu cabeza?
¿Atar al mundo, al loco, loco y furioso mundo?
¿Castrar al potro Dios?
Pero Dios rompe el freno y continúa engendrando
magníficas criaturas,
seres salvajes cuyos alaridos
rompen esta campana de cristal.
La Historia es algo que hizo muy poca gente mientras los demás labraban campos y acarreaban cubos de agua.
ResponderEliminar(HARARI)
Todas las rosas
ResponderEliminarpara el perfeccionista
son defectuosas.
( ALFONSO SANCHO SÁEZ )
Los índices de audiencia de TV en España demuestran que el público no quiere debates, sino guirigáis.
ResponderEliminarCómo será tener madre, que hasta Dios quiso tener una.
ResponderEliminar(proverbio mexicano)