domingo, 11 de diciembre de 2016

Tus manos y la noche (por Antonio Gamoneda)



Yo sentía que la noche era dulce

como una leche silenciosa. Y grande.

Mucho más grande que mi vida.

Madre,

eran tus manos y la noche juntas.

Por eso aquella oscuridad me amaba.


No lo recuerdo pero está conmigo

donde yo existo más, en lo olvidado.




3 comentarios:

  1. De los ya mudos
    las voces sin sonido
    a veces oigo.

    (CUQUI COVALEDA)

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  2. Brota del caño
    el agua de la cumbre.
    Sabor a nieve.

    (SUSANA BENET)

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  3. Dos andares tiene el dinero: viene despacio y se va ligero.

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