martes, 18 de julio de 2017

No, no se envenena (por Werner Aspenström)


Se preguntaba si podía acariciar al difunto.
La enfermera le dijo que sí.
¿No se envenena una de cadáver?
No, no se envenena.
Habían estado viendo una reposición en la tele,
él había hecho una profunda aspiración
y entonces había... ocurrido.
Lo ideal sería que los dos nos fuéramos juntos,
habían dicho muchas veces.
Ahora quedaba allí sola
como una rebanada de pan olvidada en el tostador.
Usted, enfermera, ¿me entiende?
La entiendo.
¿Tal vez podría lavarme la mano después?
Claro que podría.
Pero no es necesario ¿verdad?
No, no es necesario.
Entonces voy a acariciar, sí, al difunto.



3 comentarios:

  1. La muerte no es sucia. La vida sí puede serlo. (No se puede leer sin un nudo en la garganta.)

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  2. También la sensación de estar con otra persona y ella cruza la Calle, cambia a la Otra Acera... y tú te quedas a este lado de la acera y de la calle. "¿Por qué no te quedas? o ¿por qué no cruzo también yo, contigo?"

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  3. quien soy y quien fui
    son sueños diferentes.

    (PESSOA)

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