sábado, 4 de noviembre de 2017

Como el sol y como el agua (por Fernando Pessoa)


Si muero muy joven, oíd esto:

Nunca fui más que un niño que jugaba.

Fui pagano como el sol y como el agua,

de una religión universal que solamente los hombres no poseen.

Fui feliz porque no pedí cosa ninguna,

ni procuré encontrar nada,

ni creí que hubiera más explicación

que el que la palabra explicación no tenga ningún

significado.


No deseé más que estar bajo el sol o la lluvia,

al sol cuando había sol

y bajo la lluvia cuando estaba lloviendo

(y nunca al contrario),

sentir calor y frío y viento,

y no ir más lejos.


Una vez amé, juzgué que me amarían,

pero no fui amado.

No fui amado por la única gran razón:

porque no tenía que ser.


Me consolé volviendo al sol y a la lluvia,

y sentándome otra vez a la puerta de casa.

Los campos, al fin, no son tan verdes para los que son

amados

como para los que no lo son.

Sentir es estar distraído.



4 comentarios:

  1. Morir es como dormir pero sin levantarse para orinar.

    (ALLEN)

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  2. Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.

    (CERVANTES)

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  3. Que la vida no vaya más allá de tus brazos...



    Que tus brazos me ciñan entera y temblorosa



    sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra.



    Que me sean tus brazos horizonte y camino,



    camino breve, y único horizonte de carne;



    que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte



    se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...


    (DULCE MARÍA LOYNAZ)

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  4. El castigo de ser rico es tener que convivir con los ricos.

    (LOGAN PEARSALL SMITH)

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