Es de
noche. La noche es muy oscura.
En una casa a una gran distancia
En una casa a una gran distancia
brilla la
luz de una ventana.
La veo y me
siento humano de los pies a la cabeza.
Es curioso
que toda la vida del individuo que allí vive,
y que no sé
quién es,
me atrae
sólo por esa luz vista a lo lejos.
Sin duda su
vida es real y él tiene rostro, gestos, familia y
profesión.
Pero ahora
sólo me importa la luz de su ventana.
A pesar de
que la luz esté allí por haberla él encendido,
la luz es
la realidad inmediata para mí.
Yo nunca
voy más allá de la realidad inmediata.
Más allá de
la realidad inmediata no hay nada.
Si yo,
desde donde estoy, sólo veo aquella luz,
en relación
a la distancia en que estoy hay sólo aquella luz.
El hombre y
su familia son reales del lado de allá de la ventana.
Yo estoy
del lado de acá, a gran distancia.
Se apagó la
luz.
¿Qué me
importa que el hombre continúe existiendo?
ResponderEliminarLa mayoría (o mejor dicho, la práctica totalidad) de las cosas que existen, no existen para nosotros.
Así es
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ResponderEliminarJodeleñe, qué bueno es el Pessoa.
Si un hombre ha perdido una pierna o un ojo, sabe que ha perdido una pierna o un ojo; pero si ha perdido el yo, si se ha perdido a sí mismo, no puede saberlo, porque no está allí para saberlo.
ResponderEliminar(OLIVER SACKS)
Celebra que no hay nada especialmente triste. Festeja que hoy no tienes nada que lamentar
ResponderEliminarMe quisiste y no te quise,
ResponderEliminarme olvidaste y te olvidé.
Los dos tuvimos la culpa:
tú primero y yo después.
Aceptamos el contenido de nuestros sueños mientras dormimos igual que aceptamos la realidad en la vigilia.
ResponderEliminar(BORGES)