martes, 6 de febrero de 2018

La luz de una ventana (por Fernando Pessoa)


Es de noche. La noche es muy oscura. 
En una casa a una gran distancia
brilla la luz de una ventana.
La veo y me siento humano de los pies a la cabeza.
Es curioso que toda la vida del individuo que allí vive,
y que no sé quién es,
me atrae sólo por esa luz vista a lo lejos.
Sin duda su vida es real y él tiene rostro, gestos, familia y profesión.

Pero ahora sólo me importa la luz de su ventana.
A pesar de que la luz esté allí por haberla él encendido,
la luz es la realidad inmediata para mí.
Yo nunca voy más allá de la realidad inmediata.
Más allá de la realidad inmediata no hay nada.
Si yo, desde donde estoy, sólo veo aquella luz,
en relación a la distancia en que estoy hay sólo aquella luz.
El hombre y su familia son reales del lado de allá de la ventana.
Yo estoy del lado de acá, a gran distancia.
Se apagó la luz.
¿Qué me importa que el hombre continúe existiendo?


7 comentarios:


  1. La mayoría (o mejor dicho, la práctica totalidad) de las cosas que existen, no existen para nosotros.

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  2. Jodeleñe, qué bueno es el Pessoa.

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  3. Si un hombre ha perdido una pierna o un ojo, sabe que ha perdido una pierna o un ojo; pero si ha perdido el yo, si se ha perdido a sí mismo, no puede saberlo, porque no está allí para saberlo.

    (OLIVER SACKS)

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  4. Celebra que no hay nada especialmente triste. Festeja que hoy no tienes nada que lamentar

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  5. Me quisiste y no te quise,
    me olvidaste y te olvidé.
    Los dos tuvimos la culpa:
    tú primero y yo después.

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  6. Aceptamos el contenido de nuestros sueños mientras dormimos igual que aceptamos la realidad en la vigilia.

    (BORGES)

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