Hombres en flor (corbatas variadas, primores
de domingo), mi alma ¿qué es para vuestro traje?
Jueces de paz, Peritos agrícolas, Doctores:
perdonad a este humilde ruiseñor del paisaje.
Yo no he querido nunca molestaros, cantándo-
os. Sí: este ramo blanco de rosas del ensueño,
puede hacer una música nueva y clásica, cuando
sonreís con los labios; pero yo no os desdeño.
¿Qué es mi voz ante vuestra decorada levita?
¿Vale, acaso, la pena, una pura sonata,
de achicar las orejas?; o una estrella marchita
que volara, ¿qué es para vuestra corbata?
…Y tú, ruiseñor mío, endulza tu tristeza,
escóndete en tu pino, consuélate y olvida;
sé igual que un muerto, y dile, penando, a la belleza,
que has sido como un huérfano en medio de la vida.
También necesitamos lo que no existe. Una monodieta de realidad (realidad de desayuno, realidad de comida, realidad de cena) nos mataría.
ResponderEliminarLa perfecta idiotez se ignora a sí misma.
ResponderEliminarLa muerte es una alfarera que hace su trabajo al revés.
ResponderEliminar(EMILY DICKINSON)
Enseño a callar
ResponderEliminaren todos los idiomas
según el método de contemplar
el cielo estrellado,
las quijadas del sinantropus,
el plancton,
el copo de nieve.
(SZYMBORSKA)