viernes, 20 de julio de 2018

Por debajo de la tierra (por Lucian Blaga)


Nos tendimos de espaldas en la hierba: tú y yo.
El aire derretido como cera bajo el ardor del sol
corría como un río sobre los rastrojos.
Un silencio abrumador imperaba en la tierra
y una pregunta cayó en mi alma
hasta el fondo.

¿Nada tenía que decirme
la tierra? Toda esta tierra,
de anchura despiadada y cruelmente muda,
¿nada?

Para escuchar mejor pegué
mi oído a los campos, vacilante y sumiso,
y por debajo de la tierra escuché
el latir bullicioso de tu corazón.

La tierra respondía.



5 comentarios:

  1. No ponéis ni un poema que no valga la pena. Enhorabuena por la selección.

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  2. Como quien en un día de verano abre la puerta de casa
    y espía hacia el calor de los campos con toda la cara,
    a veces, de repente, me pega la Naturaleza de lleno
    en la cara de mis sentidos,
    y quedo confuso, perturbado, queriendo percibir
    no sé bien cómo ni qué...

    ¿Pero quién me mandó a mí querer percibir?
    ¿Quién me dijo que había que percibir?

    Cuando el verano me pasa por la cara
    la mano leve y caliente de su brisa,
    sólo tengo que sentir agrado porque es brisa
    o que sentir desagrado porque es caliente,
    y de cualquier manera que yo lo sienta,
    así, porque así lo siento, es mi deber sentirlo.

    (PESSOA)

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  3. Bellísimo el poema de hoy, aunque no sé si supera a "¿No es esto la felicidad?" (por Ching Shengtan)
    Gracias por el trabajo de hacer mejor nuestros días.

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  4. Primero el río asombra: como al salir de la noche
    el día sin plumas con cortesías de pájaro.
    Luego va, navega. Y manso con un cauce extremo
    prolongado infinitamente más profundo que el tiempo verdadero
    vuelve la espalda al viento penetra en las tierras
    ancestrales y se acrecienta y se abre revuelto
    por debajo pudriéndose exhalando un aliento
    oscuro. ¿Cree en dioses? Si se estremece ¿sería
    por temor o por estar solo aunque innumerable? Él
    me atraviesa inscribe en mí su rúbrica absorta.
    De repente soy el río en sus abismos y la corriente
    palabras, el horizonte como un punto suspendido,
    inhalando el azul la confusión de las lenguas la arena
    la sal, y sin voz susurrando con todas las voces.

    (LIONEL RAY)

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