lunes, 2 de julio de 2018

Por la Ciudad del Pasado (por Estela Figueroa)


Durante muchas noches de insomnio
he vagado
aterida
por la Ciudad del Pasado.

No llevaba planos
no llevaba guía
no llevaba lámpara.

Como sonámbula
esquivaba los peligros.
Como a forastera
ellos me asaltaban.

Bellos rostros que se abrían como flores
cuerpos del amor…
No pude encontrar mi casa.

Esa Ciudad por la que vagué
fue moldeada
con grandes emociones
con grandes deseos.

Así también
de grande
es su cementerio.


6 comentarios:

  1. El pasado no existe. Puede que existiera alguna vez, pero ya no. No vale la pena dedicarle nuestro tiempo, nuestro presente.

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  2. Ay qué pesado, qué pesado,
    siempre pensando en el pasado.
    No te lo pienses demasiado,
    que la vida está esperando.

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  3. Lo distinguimos
    como
    si fuera
    un caballito
    diferente de todos
    los caballos.
    Adornamos
    su frente
    con una cinta,
    le ponemos
    al cuello cascabeles colorados,
    y a medianoche
    vamos a recibirlo
    como si fuera
    explorador que baja de una estrella.

    Como el pan se parece
    al pan de ayer,
    como un anillo a todos los anillos:
    los días
    parpadean
    claros, tintineante, fugitivos,
    y se recuestan en la noche oscura.

    Veo el último
    día
    de este
    año
    en un ferrocarril, hacia las lluvias
    del distante archipiélago morado,
    y el hombre
    de la máquina,
    complicada como un reloj del cielo,
    agachando los ojos
    a la infinita
    pauta de los rieles,
    a las brillantes manivelas,
    a los veloces vínculos del fuego.

    Oh conductor de trenes
    desbocados
    hacia estaciones
    negras de la noche.
    Este final
    del año
    sin mujer y sin hijos,
    no es igual al de ayer, al de mañana?
    Desde las vías
    y las maestranzas
    el primer día, la primera aurora
    de un año que comienza
    tiene el mismo oxidado
    color de tren de hierro:
    y saludan
    los seres del camino,
    las vacas, las aldeas,
    en el vapor del alba,
    sin saber
    que se trata
    de la puerta del año,
    de un día
    sacudido
    por campanas,
    adornado con plumas y claveles,

    La tierra
    no lo
    sabe:
    recibirá
    este día
    dorado, gris, celeste,
    lo extenderá en colinas,
    lo mojará con
    flechas
    de
    transparente
    lluvia,
    y luego
    lo enrollará
    en su tubo,
    lo guardará en la sombra.

    Así es, pero
    pequeña
    puerta de la esperanza,
    nuevo día del año,
    aunque seas igual
    como los panes
    a todo pan,
    te vamos a vivir de otra manera,
    te vamos a comer, a florecer,
    a esperar.
    Te pondremos
    como una torta
    en nuestra vida,
    te encenderemos
    como candelabro,
    te beberemos
    como
    si fueras un topacio.

    Día
    del año
    nuevo,
    día eléctrico, fresco,
    todas
    las hojas salen verdes
    del
    tronco de tu tiempo.

    Corónanos
    con
    agua,
    con jazmines
    abiertos,
    con todos los aromas
    desplegados,
    sí,
    aunque
    sólo
    seas
    un día,
    un pobre
    día humano,
    tu aureola
    palpita
    sobre tantos
    cansados
    corazones,
    y eres,
    oh día
    nuevo,
    oh nube venidera,
    pan nunca visto,
    torre
    permanente!

    (NERUDA)

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  4. Yo nunca resistí las despedidas
    porque en cada una de ellas se marchita la voz
    de todas las personas que yo he sido
    y ya no puedo ser.


    (RAQUEL LANSEROS)

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  5. El secreto de las grandes fortunas es un crimen olvidado.

    (BALZAC)

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  6. Nuestros anhelos van enredándose unos con otros, y en esta confusión de la vida es muy raro que una felicidad venga a posarse justamente encima del deseo que la llamaba.

    (PROUST)

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