Esta tarde, mientras la luz recorre
con imposible lentitud el huerto
y yo me giro, inquisitiva,
mi mano entre tu mano,
mis ojos buscando un sentido
a las nubes que oprimen
el vasto escenario del cielo,
¿aceptarás conmigo ese sendero
que existe solo cuando lo pisamos,
esa casa que respira a la vida
solo cuando se la comparte,
esa jarra de vino
que se llena cuando bebemos?
¿Pero de dónde sacáis tanta belleza?
ResponderEliminarRealmente hermoso.
ResponderEliminarGracias.
Nada ha de cambiar
ResponderEliminaren el libro de la eternidad
lo que se dijo
un día
con amor.
Ni el tiempo implacable
ni la terrible muerte
ni siquiera ese otro morir:
la desmemoria.
(JORGE DÁVILA)