Un zumito de poesía, recién exprimida, para desayunar cada mañana. (Rico en vitaminas y antioxidantes. Muy muy nutritivo.)
jueves, 14 de marzo de 2019
Esa piedra (por Rafael Baldaya)
La piedra, esa piedra con que tropiezo y tropiezo y tropiezo muchas veces en ella, en la misma, la piedra en la que caigo y recaigo y rerrecaigo, esa piedra es -o sea, soy- la piedra yo.
Coincidieron en el mundo a la vez así que podrían haberse reunido y Machado diría -yo soy triste desde que murió mi mujer de tuberculosis con 18 años y Kafka explicaría -yo soy triste a causa de mi padre era tan despótico y despreciativo y Proust por su parte -yo creo que soy triste por culpa del asma y entonces Pessoa -pues yo no soy triste por nada en concreto nací triste, eso es todo Y luego se habrían despedido -adiós, Fernando -Marcel, buenas noches -hasta más ver, Franz -fue un placer, Antonio se habría marchado cada uno a su hotel y en la soledad, con una hoja en blanco se aplicarían a escribir sin reparar en sus ojos de pronto encendidos sin atisbar ese extraño rictus de alegría sin entrever su propia felicidad
Cada cual imagina a su modo el Paraíso; yo, desde la niñez lo he concebido como una biblioteca. No como una biblioteca infinita, porque hay algo de incómodo y de enigmático en todo lo infinito, sino como una biblioteca hecha a la medida del hombre. Una biblioteca en la que siempre quedarán libros (y tal vez anaqueles) por descubrir, pero no demasiados. En suma, una biblioteca que permitiera el placer de la relectura, el sereno y fiel placer de lo clásico, y las agradables alarmas del hallazgo y de lo imprevisto.
ResponderEliminarQué grande Pessoa en todos sus heterónimos
Nuestro sueño más pequeño, nuestro pensamiento más pasajero es tan real como el sol y las estrellas.
ResponderEliminar(PESSOA)
REUNIDOS
ResponderEliminarCoincidieron en el mundo a la vez
así que podrían haberse reunido
y Machado diría
-yo soy triste desde que murió mi mujer
de tuberculosis con 18 años
y Kafka explicaría
-yo soy triste a causa de mi padre
era tan despótico y despreciativo
y Proust por su parte
-yo creo que soy triste por culpa del asma
y entonces Pessoa
-pues yo no soy triste por nada en concreto
nací triste, eso es todo
Y luego se habrían despedido
-adiós, Fernando
-Marcel, buenas noches
-hasta más ver, Franz
-fue un placer, Antonio
se habría marchado cada uno a su hotel
y en la soledad, con una hoja en blanco
se aplicarían a escribir
sin reparar en sus ojos de pronto encendidos
sin atisbar ese extraño rictus de alegría
sin entrever su propia
felicidad
(Saiz de Marco)
Cada cual imagina a su modo el Paraíso; yo, desde la niñez lo he concebido como una biblioteca. No como una biblioteca infinita, porque hay algo de incómodo y de enigmático en todo lo infinito, sino como una biblioteca hecha a la medida del hombre. Una biblioteca en la que siempre quedarán libros (y tal vez anaqueles) por descubrir, pero no demasiados. En suma, una biblioteca que permitiera el placer de la relectura, el sereno y fiel placer de lo clásico, y las agradables alarmas del hallazgo y de lo imprevisto.
ResponderEliminar(BORGES)