Primero había una gran tela azúrea
de rosados dragones claveteada;
muy alta y desde lejos avanzando,
pero recién nacida y pudorosa.
Y más abajo grises continentes
de nubes separaban los azules;
y más abajo pájaros oscuros
bañábanse en los mares intermedios.
Y más abajo aún, ceñudo el bloque
de milenarios pinos susurraba
una canción primera de raíces.
Y estaban, más abajo todavía,
prendidos a la tierra los humanos
rechinando los dientes y herrumbrosos.
En el último cajón, en el fondo del saco, en el culo del mundo...
ResponderEliminarRENACIMIENTO EN ANDALUCÍA
ResponderEliminarEl Renacimiento se portó de manera dispar con Granada y con Sevilla. En la Alhambra granadina impuso un mazacote (obra notable no obstante) de piedra en medio del barro musulmán. Nada ganó y sí perdió algo aquella ciudadela. Pero en Sevilla -cosa poco frecuente cuando el nuevo orden se quiere hacer notar- le puso (impuso) un sombrero al chato alminar de los almohades y con ello la torre ganó en prestancia: toda una metáfora de lo que puede acontecer con la fusión de las culturas..., si la administran hombres sensatos.
Salud, colegas rezumantes.
Saludos, amigo F.
ResponderEliminar¡Se te quiere!