lunes, 12 de agosto de 2019

El desterrado (por Jorge Luis Borges)


Alguien recorre los senderos de Ítaca
y no se acuerda de su rey, que fue a Troya
hace ya tantos años;
alguien piensa en las tierras heredadas
y en el arado nuevo y el hijo
y es acaso feliz.
En el confín del orbe yo, Ulises,
descendí a la Casa de Hades
y vi la sombra del tebano Tiresias
que desligó el amor de las serpientes
y la sombra de Heracles
que mata sombras de leones en la pradera
y asimismo está en el Olimpo.
Alguien hoy anda por Bolívar y Chile
y puede ser feliz o no serlo.
Quién me diera ser él.



3 comentarios:

  1. El envidiado envidia al envidiador.

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  2. Todo cuanto es difícil de conseguir es fácil de perder.

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  3. Hay veces, que en la noche
    te acompaña inmisericorde
    una agonía, sensaciones
    de abandono socavan
    tus entrañas y te abates
    en la más insondable
    de las tribulaciones.

    Sabes que no es verdad,
    ese desasosiego
    desaparecerá con la alborada,
    aun así, no puedes
    sacudir la tristeza
    que por momentos te avasalla
    y obliga a zozobrar
    en la espesura de la vida.

    (RICARDO FERNÁNDEZ)

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