miércoles, 11 de septiembre de 2019

Cierro los ojos para ver (por Ángel González)


A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;

allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,

los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.


1 comentario:

  1. Creo que este poema se titula "A mano amada", que es un juego de palabras un poco naïf entre amada/aRmada; pero me gusta más el título que le habéis puesto, que es una frase o verso del propio poema. Saludos desde Gernika!

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