Si la felicidad fue
simple alegría, pájaro,
bestia o flor,
fue lo que llamamos mundo
aquí y en todas partes
para nosotros,
entonces el amor fue tan verdadero
como el aire, el agua,
como la luz del sol, la solidez
del suelo, la dureza de la roca,
para nosotros, en nosotros,
de nosotros.
Solo existe lo que existe en nosotros: lo que sentimos, lo que percibimos dentro. Lo subjetivo. Lo demás, exista o no objetivamente, ¿qué más da?
ResponderEliminarYa las lustrales aguas de la noche me absuelven
ResponderEliminarde los muchos colores y de las muchas formas.
Ya en el jardín las aves y los astros exaltan
el regreso anhelado de las antiguas normas
del sueño y de la sombra.
Ya la sombra ha sellado los espejos que copian
la ficción de las cosas.
Mejor lo dijo Goethe: Lo cercano se aleja.
Esas cuatro palabras cifran todo el crepúsculo.
En el jardín las rosas dejan de ser las rosas
y quieren ser la Rosa.
(BORGES)