Pero en realidad es del miedo de lo que quieres hablar
y no encuentras las palabras
entonces te burlas de ti misma
te tratas de cobarde
te despiertas a las 2 de la mañana pensando tonta,
fracaso, incapaz de dormir, incapaz de dormir
zumbando en tu colchón con dos almohadas,
y un cubrecama al que le dicen comforter,
lo que implica que el consuelo puede comprarse
y pagarse, para colaborar con el miedo, con el fracaso
tus dos cómodas de nogal se ríen, las bibliotecas se lamentan
los cuadros en las paredes te compadecen, el hombre que duerme
a tu lado con un olor como a musgo y hongos consuela
pero nunca bastante, nunca, lo oscuro del plafón en el techo
los pliegues de terciopelo ocultan la ventana
y el ruido del tráfico como un animal vicioso
que anda suelto ahí afuera-
fanfarroneas con los amigos que la muerte no te molesta, tan solo la agonía
qué mentirosa-
todos los demás miedos, al rechazo, al dolor físico,
a perder el juicio, la vista
¡son todos parte de este!
¡huellas de este! Tu pelo gruñe en el peine
ese reloj encendido la única luz de la habitación
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar
ResponderEliminarEl valor no es no tener miedo. El valor es plantarle cara al miedo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl valor es hijo de la prudencia , no de la temeridad
ResponderEliminarCALDERÓN DE LA BARCA