viernes, 11 de septiembre de 2020

Con esta desmesura (por Marina Tsvietáieva)


Qué puedo hacer, ciega e hijastra,
en un mundo donde cada uno es padre y vidente,
donde el espanto cruza sobre anatemas
como sobre terraplenes. Donde la gente
llama resfriado ¡al llanto!

Qué puedo hacer por decisión y disposición
a cantar - ¡Tal cable! ¡Bronceado! ¡Siberia!
¡Como por un puente a causa de mi alucinación!
Con la liviandad
en un mundo de pesos.

¡Primogénita y cantora, qué puedo
en un mundo donde lo más negro es grisáceo!
¡Donde la inspiración se guarda en un termo!
¡¿Qué puedo hacer con esta desmesura
en un mundo de medidas?!



2 comentarios:

  1. Los que van de cuerdos y super-sensatos también tienen que echar mano, para sobrevivir, de la imaginación.

    ResponderEliminar

  2. ¿De qué tamaño tendrá Dios
    el corazón?

    ¿Le late a Dios, o
    lo tiene detenido?

    Debe ser más impresionante
    que la mezquita de
    Casablanca por adentro:
    ya me figuro el ventrículo izquierdo,
    su bóveda celeste tiñéndose de rosa,

    las amplias avenidas de aquellas venas cavas

    y el abismo de su aorta descendente,
    o el sonido de la válvula mitral
    abriéndose y cerrando su portazo
    de cuatrocientos chelos enfrenando al concierto.
    Y la sangre ¿ha de ser transparente?
    Si nosotros, pedestres, desplazamos
    cinco litros de sangre por minuto,
    ¿cuántos desplaza Dios, si es que le late?

    Si nuestro corazón se mueve
    y toca sus tambores al margen de nuestra voluntad,
    ¿el de Él ha conseguido toda su autonomía?

    ¿O depende del capricho y del menor descuido?

    ¿Y si no tiene Dios ni corazón ni páncreas,
    ni tejido esponjoso ni cerebro?

    ¿Y
    si Dios está vacío?

    (EDUARDO CASAR)

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.