Una vez que te fuiste, ¿cómo podía saber a qué distancia
estabas?
Lo único que podía ver eran frías sombras de melancolía
Cómo, por grados, te ibas interminablemente, más y más
sobre aguas tan vastas que aun los peces se hunden -¿quién
sabe dónde?
Tarde, por la noche, el viento a través del bambú toca música
de otoño
Diez mil hijas, mil sonidos -todos de lamento
Trato de dormir para encontrarte en un sueño
Pero los sueños todavía me eluden, y la luz de la lámpara
arde hasta las cenizas.
En un campo
ResponderEliminarsoy la ausencia
de campo. Esto es lo que
siempre sucede.
Allá donde esté
soy lo que falta.
(MARK STRAND)