miércoles, 27 de enero de 2021

Frente a esa boca (por José Watanabe) ​


En la encañada

había piedras como huesos de un animal prehistórico

que se desbarató

antes de alcanzar nuestro valle.

Un gran cráneo

quedó detenido en la pendiente con la boca abierta

y el resto del cuerpo se dispersó hacia el río.

Yo trepaba la pendiente

y me detenía frente a esa boca, una oquedad

donde el viento se huracanaba,

y escuchaba

murmullos, palabras que se formaban a medias

y luego, sin decir nada, se diluían.

Nunca hubo una frase clara. La boca

como un oráculo piadoso

trababa sus propias frases ante el niño:

lo sé ahora

y le agradezco la vida ciega.


2 comentarios:

  1. No parece que vayamos a enterarnos nunca de los principios primeros de las cosas. Los ratones que viven en algunos agujeritos de un edificio inmenso no saben si ese edificio es eterno ni quién es el arquitecto ni por qué ese arquitecto lo edificó: somos esos ratones.

    (VOLTAIRE)

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