Cuando los niños juegan
y les oigo jugar,
un no sé qué en mi alma
empieza a alegrarse.
Siento toda la niñez
que no pude tener
en una onda de alegría
que no fue de nadie.
Si quien fui es un enigma
y quien seré una imagen,
quien soy sienta, al menos,
esto en el corazón.
Gracias por este poema de Pessoa que buscaba, y encuentro ahora al descubir tu espacio. Gracias por ambas cosas.
ResponderEliminarSaludos...
Gracias a ti, Ángel, por tu visita.
ResponderEliminarLo peor del dentista es la sala de espera.
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ResponderEliminarPobre de aquella cara que los aprendices de barbero afeitan.
(proverbio rumano)
ResponderEliminarCuando el sabio yerra, el necio se alegra.
ResponderEliminarAlabada sea la madre
que parió a los guitarreros,
que cuando van por la calle
van derramando salero.
ResponderEliminarEl sol estalla:
se derrumba
a refrescarse en tu alegría.
Revientan olas de tu pecho.
Yo me baño en tu risa.
Olas altas y soles
de playas apartadas.
Tu risa es la creación
feliz de ser amada.
(GABRIEL ZAID)