Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
Yo soy el guardián del hielo.
Especialista es aquél que sabe mucho-mucho-mucho sobre muy poco-muy poco-muy poco.
ResponderEliminarEn la crítica, como en cualquier arte, la mejor musa es el encargo.
ResponderEliminar(JLGM)
ResponderEliminarLos refranes son los parientes pobres de pueblo de los aforismos.
(TRAPIELLO)
ResponderEliminarSigue cerrada,
cajita de Pandora.
Gracias, amiga.
(CUQUI COVALEDA)
Qué cosas dice este loco,
ResponderEliminarque la verdad no la dice
pero mentiras tampoco.